“El discípulo no es más que el maestro ni el servidor más que su dueño.”
SÁBADO 15 DE JULIO
DECIMOCUARTA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Audios originales tomados de Panversia.com
Te pedimos, Dios todopoderoso, que al celebrar la festividad de San Buenaventura, obispo, nos concedas aprovechar sus preclaras enseñanzas e imitar siempre su ardiente caridad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
PRIMERA LECTURA DEL DÍA DE HOY
LECTURA DEL LIBRO DEL GÉNESIS
Génesis 49, 29-32; 50, 15-26
En aquellos días, Jacob llamó a sus hijos y les dio estas instrucciones: “Yo voy a reunirme con los míos. Sepúltenme junto a mis padres, en la cueva del campo de Makpelá, frente a Mambré, en Canaán. Es el campo que Abraham le compró a Efrón, el hitita, para que lo enterraran. Ahí sepultaron a Abraham y a su esposa Sara, a Isaac y a su esposa Rebeca, y ahí sepulté yo a Lía”. Cuando terminó de dar este encargo a sus hijos, Jacob expiró y fue a reunirse con los suyos.
Los hermanos de José, al ver que había muerto su padre, dijeron: “A ver si José no nos guarda rencor y no nos hace pagar todo el daño que le hicimos”. Por eso le mandaron este recado: “Antes de morir, tu padre nos encargó que te dijéramos esto: ‘Perdona, por favor, a tus hermanos su crimen, su pecado y el daño que te hicieron’. También nosotros, siervos del Dios de tu padre, te pedimos que nos perdones”. Cuando José oyó el recado se puso a llorar.
Fueron después sus hermanos personalmente a verlo y, postrados ante él, le dijeron: “Aquí nos tienes. Somos esclavos tuyos”.
José les replicó: “No tengan miedo. ¿Podemos acaso oponernos a los designios de Dios?
Ustedes quisieron hacerme daño, pero Dios lo convirtió en un bien para hacer sobrevivir a un pueblo numeroso, como pueden ver. Así que no tengan miedo; yo los mantendré a ustedes y a sus pequeñuelos”. Y los consoló y les habló con mucho cariño.
José permaneció en Egipto junto con la familia de su padre y vivió hasta los ciento diez años; vio a los bisnietos de Efraín y en sus brazos nacieron los hijos de Makir, hijo de Manasés. Finalmente José les dijo a sus hermanos: “Yo voy a morir ya, pero ciertamente Dios cuidará de ustedes y los hará salir de este país a la tierra que juró dar a Abraham, a Isaac y a Jacob”. José los hizo jurar diciendo: “Cuando Dios los haga salir de esta tierra, se llevarán mis huesos de aquí”. Y luego murió José.
P/. Palabra de Dios
R/. Te alabamos Señor
SALMO RESPONSORIAL DEL DÍA DE HOY
Salmo 104,1-2.3-4.6-7
R/. Los humildes, busquen al Señor, y revivirá su corazón
Den gracias al Señor, invoquen su nombre,
den a conocer sus hazañas a los pueblos.
Cántenle al son de instrumentos,
hablen de sus maravillas. R/.Gloríense de su Nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor.
Recurran al Señor y a su poder,
busquen continuamente su rostro. R/.¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
Él gobierna toda la tierra. R/.

R/. Aleluya, aleluya, aleluya
Si los ultrajan por el nombre de Cristo, dichosos ustedes, porque el Espíritu de Dios reposa sobre ustedes. (1 Pedro 4, 14)
R/. Aleluya, aleluya, aleluya
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según SAN MATEO
Mateo 10, 24-33
“Al discípulo le basta ser como su maestro y al servidor como su dueño”
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “El discípulo no es más que el maestro, ni el criado más que su señor. Le basta al discípulo ser como su maestro y al criado ser como su señor. Si al señor de la casa lo han llamado Satanás, ¡qué no dirán de sus servidores!
No teman a los hombres. No hay nada oculto que no llegue a descubrirse; no hay nada secreto que no llegue a saberse. Lo que les digo de noche, repítanlo en pleno día y lo que les digo al oído, pregónenlo desde las azoteas.
No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman, más bien, a quien puede arrojar al lugar de castigo el alma y el cuerpo.
¿No es verdad que se venden dos pajarillos por una moneda? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae por tierra si no lo permite el Padre. En cuanto a ustedes, hasta los cabellos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no tengan miedo, porque ustedes valen mucho más que todos los pájaros del mundo.
A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré ante mi Padre, que está en los cielos; pero al que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre, que está en los cielos”.
P/ Palabra del Señor
R/ Gloria a ti, Señor Jesús
MEDITACIÓN
PALABRAS DEL SANTO PADRE
El pasaje de hoy forma parte del discurso misionero con el que el Maestro prepara a los Apóstoles para la primera experiencia de proclamar el Reino de Dios. Jesús les exhorta con insistencia a “no tener miedo”. El miedo es uno de los enemigos peores de nuestra vida cristiana, y Jesús exhorta: “No tengáis miedo”, “no tengáis miedo”. Y Jesús describe tres situaciones concretas a las que se enfrentarán. (…) Son como las tres tentaciones: edulcorar el Evangelio, aguarlo; la segunda, la persecución; y la tercera, la sensación de que Dios nos ha dejado solos. También Jesús sufrió esta prueba en el huerto de los olivos y en la cruz: “Padre, ¿por qué me has abandonado?”, dice Jesús. A veces sentimos esta aridez espiritual; no tenemos que tenerle miedo. El Padre nos cuida porque nuestro valor es grande a sus ojos. Lo importante es la franqueza, es la valentía del testimonio de fe: “reconocer a Jesús ante los hombres” y seguir adelante obrando el bien. (Ángelus, 21 junio 2020)
SS Francisco
La confianza en el Dios de la vida, nos libra del miedo radical a la muerte.”
El texto de hoy es una parte del “sermón o discurso apostólico” de Jesús (cf. Mt 9,36-11,1), son instrucciones a los apóstoles para enviarlos. Les anunció con claridad que sufrirán persecuciones de parte de los hombres; por parte de miembros de su propia familia (cf. Mt 10,17-23). El argumento es: si al maestro y señor lo han perseguido y tratado de Belzebul (príncipe de los demonios), los discípulos y todos los servidores no pueden esperar un trato diferente (cf. Mt 10,24-25). Esto generó que el miedo se apoderase de sus corazones, miedo al rechazo. Por eso Jesús les dice que no tengan miedo de predicar abiertamente, confinando el evangelio al silencio. El mensaje que deben llevar, que el Reino de Dios está cerca, se dirige a todos, no se puede ocultar ni mantenerse en secreto. La comunidad de Mateo era consciente de ser perseguida y contaba con la posibilidad del martirio y es interpelada a seguir cumpliendo el mandato misionero en estas circunstancias desfavorables.
Es Dios quien puede aniquilar cuerpo y alma en el infierno, la gehenna, lugar de castigo definitivo de los malos, donde serán totalmente aniquilados. Este temor o respeto reverencial a Dios debe conducir al discípulo a una viva confianza en el Padre Providente. Para invitarnos a esta confianza, Jesús recurre a la comparación con el cuidado de Dios sobre “los gorriones” al igual que en Mt 6,26 refiere a las “aves del cielo”, dejando en claro que cuánto más cuidará el Padre Providente a los hombres; hasta los cabellos de la cabeza están contados (cf. Lc 12,7). Es la confianza en el Padre Providente que vela por sus hijos lo que permite vencer o superar el temor.
¿Hay alguien quien nos amaría más que el Padre? Nunca nadie. Esto nos debe dar confianza para superar los temores, los miedos. La confianza en el Dios de la vida, nos libra del miedo radical a la muerte. Los mártires eran personas frágiles y temerosas como lo somos nosotros seguramente. Pero Dios les infundió su amor eterno que los hizo fuertes hasta dar la vida por Cristo. Los mártires amaban la vida como la amamos todos, pero llegaron a amar a Dios más que a su propia vida. Por eso aceptaron la muerte como suprema confesión de su fe. Entregamos el testamento conmovedor del P. Christian de Chergé, prior de un Monasterio en Argelia, donde fue asesinado junto con otros seis monjes en 1996 (y que inspiró la película francesa “De dioses y de hombres”). Citemos sólo un fragmento:”Si un día me aconteciera –y podría ser hoy– ser víctima del terrorismo que actualmente parece querer alcanzar a todos los extranjeros que viven en Argelia, quisiera que mi comunidad, mi Iglesia y mi familia recordaran que mi vida ha sido donada a Dios y a este país; que aceptaran que el único Señor de todas las vidas no podría permanecer ajeno a esta muerte brutal; que rezaran por mí: ¿cómo ser digno de semejante ofrenda?; que supieran asociar esta muerte a muchas otras, igualmente violentas, abandonadas a la indiferencia y el anonimato. Mi vida no vale más que otra. Tampoco vale menos […]. De esta vida perdida, totalmente mía y totalmente de ellos, doy gracias a Dios, porque parece haberla querido por entero para esta alegría, por encima de todo y a pesar de todo. En este gracias, en el que ya está dicho todo de mi vida, os incluyo a vosotros, por supuesto, amigos de ayer y de hoy, y a vosotros, amigos de aquí, junto con mi madre y mi padre, mis hermanas y mis hermanos, y a ellos, ¡céntuplo regalado como había sido prometido! Y a ti también, amigo del último instante, que no sabrás lo que estés haciendo; sí, porque también por ti quiero decir este gracias, y este a-Dios, en cuyo rostro te contemplo. Y que nos sea dado volvernos a encontrar, ladrones colmados de gozo, en el Paraíso, si así le place a Dios, Padre nuestro, Padre de ambos. Amén. Inchalá”.
Al confrontarnos con estas experiencias conmovedoras e interpeladoras, sabemos que se puede todo lo que Dios nos anunció y sigue pidiendo para cualquier creyente de todos los tiempos. No se trata de ofrecerse para ser mártires de modo cruento, sino para ser testigos del gran favor que Dios hizo, hace y seguirá haciendo por toda la humanidad y por cada uno en particular. Ojalá digamos como Chiquitunga: “Todo te ofrezco Señor”.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
- «Oh Señor, haz que resplandezca en nosotros tu rostro por el bien de la paz; protégenos con tu mano poderosa… Te damos gracias, a través del sumo Sacerdote y protector de nuestras almas, Jesucristo, por el cual sea la gloria y alabanza a ti, ahora y de generación en generación. Amén» (San Clemente de Roma)
- «Quien no conoce a Dios, aunque tenga múltiples esperanzas, en el fondo está sin esperanza» (Benedicto XVI)
- «El término alma designa (…) lo que hay de más íntimo en el hombre y de más valor en él, aquello por lo que es particularmente imagen de Dios: ‘alma’ significa el principio espiritual en el hombre» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 363)

HOY:
Vivir la experiencia de Medjugorje I parte

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