“Y nada sería imposible para ustedes.”
SÁBADO 12 DE AGOSTO
DECIMOCTAVA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Oh Dios, que hiciste ilustre a santa Juana Francisca por diversos senderos de la vida, con insignes méritos, concédenos, por su intercesión, que, caminando fielmente en nuestra vocación, presentemos siempre testimonios de luz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Audios originales del sitio panversia.com
PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DEL DEUTERONOMIO
Deuteronomio 6, 4-13
En aquellos días, habló Moisés al pueblo y le dijo: «Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas.
Graba en tu corazón los mandamientos que hoy te he transmitido. Repíteselos a tus hijos y háblales de ellos cuando estés en tu casa o cuando vayas de camino; cuando te acuestes y cuando te levantes; átalos a tu mano como una señal y póntelos en la frente para recordarlos; escríbelos en los dinteles y en las puertas de tu casa.
Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra que juró dar a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, una tierra con ciudades grandes y ricas, que tú no has construido; con casas rebosantes de riquezas, que tú no has almacenado; con pozos, que tú no has excavado; con viñedos y olivares, que tú no has plantado; y cuando puedas comer hasta saciarte, no te olvides del Señor que te sacó de la esclavitud de Egipto. Al Señor, tu Dios, temerás y a Él solo servirás, sólo en su nombre jurarás»
P/. Palabra de Dios
R/. Te alabamos Señor
SALMO RESPONSORIAL
LIBRO DE LOS SALMOS
Salmo 17
R/. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza
Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi liberador. R/.Dios mío, peña mía, refugio mío,
escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos. R/.Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
sea ensalzado mi Dios y Salvador.
Tú diste gran victoria a tu rey,
tuviste misericordia de tu ungido. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según SAN MATEO
Mateo 17, 14-20
“Les aseguro que si tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, dirían a esta montaña: ‘Trasládate de aquí a allá’, y la montaña se trasladaría”
En aquel tiempo, al llegar Jesús a donde estaba la multitud, se le acercó un hombre, que se puso de rodillas y le dijo: “Señor, ten compasión de mi hijo. Le dan ataques terribles. Unas veces se cae en la lumbre y otras muchas, en el agua. Se lo traje a tus discípulos, pero no han podido curarlo”.
Entonces Jesús exclamó: “¿Hasta cuándo estaré con esta gente incrédula y perversa? ¿Hasta cuándo tendré que aguantarla? Tráiganme aquí al muchacho”. Jesús ordenó al demonio que saliera del muchacho, y desde ese momento éste quedó sano.
Después, al quedarse solos con Jesús, los discípulos le preguntaron: “¿Por qué nosotros no pudimos echar fuera a ese demonio?” Les respondió Jesús: “Porque les falta fe. Pues yo les aseguro que si ustedes tuvieran fe al menos del tamaño de una semilla de mostaza, podrían decirle a ese monte: ‘Trasládate de aquí para allá’, y el monte se trasladaría. Entonces nada sería imposible para ustedes”.
P/ Palabra del Señor
R/ Gloria a ti, Señor Jesús
MEDITACIÓN
PALABRAS DEL SANTO PADRE
A Jesús, que todo lo puede, se le pide todo. No se olviden de esto. A Jesús, que todo lo puede, se le pide todo, con mi insistencia ante Él. Él está impaciente por derramar su gracia y su alegría en nuestros corazones, pero lamentablemente somos nosotros los que mantenemos las distancias, quizás por timidez, flojera o incredulidad. Muchos de nosotros, cuando rezamos, no creemos que el Señor pueda hacer el milagro. Me acuerdo de aquella historia —que he visto— de aquel papá al que los médicos habían dicho que su hija de nueve años no iba a pasar de la noche; estaba en el hospital. Tomó un autobús y viajó setenta kilómetros hasta el santuario de la Virgen. Estaba cerrado, y aferrado a las rejas, pasó toda la noche rezando: “¡Señor sálvala! ¡Señor, dale la vida!”. Rezaba a la Virgen, toda la noche gritando a Dios, gritando desde el corazón. Luego, por la mañana, cuando regresó al hospital, encontró a su esposa llorando. Y pensó “ha muerto”. Y la esposa le dice: “es incomprensible, no se entiende, los médicos dicen que es algo extraño, parece curada”. El grito de este hombre, que pedía todo, fue escuchado por el Señor que le había dado todo. (Ángelus, 24 octubre 2021)el servicio concreto de los hermanos. (Ángelus, 3 septiembre 2017)
SS Francisco
“Si tuvieran fe como el granito de mostaza, tan pequeñito, que puede mover hasta una montaña, enseña que no hay dificultad que no pueda ser vencida por el que tiene espíritu de fe.”
En este texto encontramos un nuevo encuentro de Jesús con quien suplica con dolor y nuevo reproche a los apóstoles por su poca fe. En este caso el padre explica que su hijo está poseso por el demonio y se halla así por medio de una enfermedad epiléptica, siendo torturado y maltratado violentamente. Los apóstoles usan todos los medios que aprendieron con el Maestro en las liberaciones y sanaciones, pero el demonio no se fue. Lo primero que se puede destacar es que un padre de familia se acerca y pide por su hijo. Lo que nos enseña cuán importante es para un papá o mamá pedir (interceder) por sus hijos, aparentemente logra la atención de Dios y ablanda su corazón para darle una respuesta.
Llama la atención que sus discípulos no puedan liberar al epiléptico. Eso genera desesperación en el papá del enfermo y frustración en los apóstoles; están decepcionados, humillados, impotentes, se sienten ignorantes a causa del fracaso, hay desconcierto ante la impotencia. Es notable porque los apóstoles ya han recibido y ejercitado el poder de expulsar demonios con el éxito consecuente a la gestión (cf. Mt 10,8). Esta no eficacia en los resultados hace que el papá vaya junto a Jesús, explicando que los apóstoles no pudieron curarlo y liberarlo.
Siempre un padre o una madre buscará encontrar el modo de lograr el objetivo de que su hijo o hija esté bien, porque el amor al hijo siempre es más fuerte que cualquier obstáculo que aparezca en el camino. La expresión del padre: “Señor, ten piedad de mi hijo” tocó lo más profundo de Jesús y tuvo que responder con compasión. Todo pasó ante la mirada de los apóstoles y otras personas que estaban en el lugar. Jesús expresa diciendo “¡Generación incrédula y perversa!”, como había dicho también Moisés, dirigiéndose a todo el pueblo (cf. Dt 32,5), por su falta de fe. Claramente les dice que la fe, como un don y como una tarea permanente, es la llave para que Dios obre maravillas. Aunque a los discípulos les dice explícitamente que tenían “poca fe”, que si tuviesen un poquito de fe nada se resistiría a la voluntad de Dios con lo que se quería lograr, pues para Dios “nada hay de imposible” (Lc 1,37).
Con esto claramente nos enseña a cultivar y fortalecer la fe recibida a través del encuentro con Él en la oración, a través de los sacramentos y del servicio a los hermanos necesitados. Pero atención: porque la reprensión de Jesús al sacar a luz la incredulidad, se dirige con certeza a los discípulos con mayor énfasis, pero al mismo tiempo también al padre, porque si los intercesores tienen mucha fe, Dios igual concede la Gracia, si esa es su voluntad. Fue una gran oportunidad para enseñar y aprender, pues los discípulos se acercan a Jesús y preguntan si por qué no pudieron liberar, y Él les dice porque tenían poca fe.
Si tuvieran fe como el granito de mostaza, tan pequeñito, que puede mover hasta una montaña, enseña que no hay dificultad que no pueda ser vencida por el que tiene espíritu de fe. Me recuerda al canto de la hermana Glenda: “¿por qué tengo miedo, si nada es imposible para Ti?” Ya san Pablo nos dijo: “Todo lo puedo en Cristo que me da fuerza” (Filp 4,13). Invitación a decir siempre, “yo creo Señor, pero aumenta mi poca fe”. Cuando miramos la actitud de Abraham, quien confió a pesar de todo, agachamos la cabeza ante este padre en la fe y comprendemos que todavía necesitamos seguir creciendo (y ojalá hasta que la muerte nos separe) en la fe, la esperanza y la caridad.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
- «Con una firme confianza en la palabra de Dios arrancaríamos una montaña de aflicciones; mientras que, si nuestra fe se tambalea, no hará mover ni tan sólo un cazo» (Santo Tomás More)
- «Cada uno de nosotros, en la propia vida de cada día, puede dar testimonio de Cristo, con la fuerza de Dios, con la fuerza de la fe. ¿Y cómo tomamos esta fuerza? La tomamos de Dios en la oración. La oración es la respiración de la fe» (Francisco)
- «‘Ahora caminamos en la fe y no en la visión’ (2Cor 5,7) (…). La fe puede ser puesta a prueba. El mundo en que vivimos parece con frecuencia muy lejos de lo que la fe nos asegura (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 164)
HOY:

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