“Toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.”
MARTES 12 DE SEPTIEMBRE
VIGESIMOTERCERA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Concede, Dios todopoderoso, que a todos los que celebramos el nombre glorioso de la bienaventurada Virgen María, ella misma nos consiga el favor de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

PRIMERA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses
Col 2, 6-15
Hermanos:
Habiendo recibido a Jesucristo como su Señor, deben comportarse como quienes pertenecen a Cristo, 7 con profundas raíces en Él, firmemente basados en Él por la fe, como se les enseñó, y dando siempre gracias a Dios.
8 Tengan cuidado: no se dejen llevar por quienes los quieren engañar con teorías y argumentos falsos, pues ellos no se apoyan en Cristo, sino en las tradiciones de los hombres y en los poderes que dominan este mundo.
9 Porque toda la plenitud de Dios se encuentra visiblemente en Cristo, 10 y en Él Dios los hace experimentar todo su poder, pues Cristo es cabeza de todos los seres espirituales que tienen poder y autoridad. 11 En Él también, ustedes han sido circuncidados, no con una circuncisión hecha por los hombres, sino con la circuncisión hecha por Dios al unirlos a Cristo y despojarlos de su naturaleza pecadora.
12 Al ser bautizados, ustedes fueron sepultados con Cristo, y fueron también resucitados con Él, porque creyeron en el poder de Dios, que lo resucitó.
13 Ustedes, en otro tiempo, estaban muertos espiritualmente a causa de sus pecados y por no haberse despojado de su naturaleza pecadora; pero ahora Dios les ha dado vida juntamente con Cristo, en quien nos ha perdonado todos los pecados. 14 Dios anuló el documento de deuda que había contra nosotros y que nos obligaba; lo eliminó clavándolo en la cruz. 15 Dios despojó de su poder a los seres espirituales que tienen potencia y autoridad, y por medio de Cristo los humilló públicamente llevándolos como prisioneros en su desfile victorioso.
P/. Palabra de Dios
R/. Te alabamos Señor
SALMO RESPONSORIAL
LIBRO DE LOS SALMOS
Sal 144, 1-2. 8-9. 10-11
R/. El Señor es bueno con todos
Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás. R/.El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R/.Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.
Evangelio
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS
Lc 6, 12-19
“Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban sanos.”.
En aquel tiempo, 12 Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios. 13 Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles: 14 Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro, Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, 15 Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, 16 Judas, hijo de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.
17 Al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, 18 para escucharlo y hacerse curar de sus enfermedades. Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban curados; 19 y toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.
P/ Palabra del Señor
R/ Gloria a ti, Señor Jesús
MEDITACIÓN
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Los Evangelios nos muestran cuanto era fundamental la oración en la relación de Jesús con sus discípulos. Ya se aprecia en la elección de los que luego se convertirían en los apóstoles. Lucas sitúa la elección en un contexto preciso de oración y dice así: «Sucedió que por aquellos días se fue Él al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles» (6,12-13). Jesús los elige después de una noche de oración. Parece que no haya otro criterio en esta elección si no es la oración, el diálogo de Jesús con el Padre. A juzgar por cómo se comportarán después esos hombres, parecería que la elección no fue de las mejores porque todos huyeron, lo dejaron solo antes de la Pasión; pero es precisamente esto, especialmente la presencia de Judas, el futuro traidor, lo que demuestra que esos nombres estaban escritos en el plan de Dios. (Audiencia general, 2 junio 2021)
Y no es fácil poner en práctica esta enseñanza de Jesús, por varias razones. Existe el temor de que el hermano o la hermana reaccionen mal; a veces no hay suficiente confianza con él o ella… Y otros motivos. Pero cada vez que hemos hecho esto, hemos sentido que era justo el camino del Señor. (Ángelus, 6 septiembre 2020)
SS Francisco
“En ocasiones se piensa que dedicar mucho tiempo a la oración es pérdida de tiempo, sin embargo, Jesús nos muestra que no, pues necesitamos hacer un buen discernimiento para tomas las decisiones”
En este texto lo primero que se nos resalta es que Jesús pasó toda la noche en oración para hacer una elección tan importante, escogiendo a personas que se nos retrata en el Evangelio. Lo más interesante del caso es que no eran personas muy preparadas ni con cualidades extraordinarias, sino tan comunes, una pequeña comunidad de Doce, otra comunidad más numerosa, en donde participaban varones y también mujeres, y otro grupo mayor de setenta y dos. Lo poco que del Evangelio nos informa sobre estas personas, nos llena de consuelo, porque tampoco nosotros somos personas con tantas cualidades o talentos, con virtudes y defectos, pero Él es quien nos asiste para responder a cabalidad a la misión encomendada, ya que es su obra y no nuestra.
Jesús hace una oración a la noche y en la montaña. La altura tradicionalmente era considerada como lugar de encuentro con la divinidad, como un ambiente de revelación, de intimidad y de apertura hacia el misterio. El contenido de esa oración se irá traduciendo en la mañana siguiente con la elección de los apóstoles. Son como dos momentos constitutivos de la figura de Jesús: el ascenso hacia Dios y el envío que dirige hacia los hombres. Esto es, sólo porque se ha encontrado con Dios en la intimidad de su persona, Él puede ofrecer para los seres humanos un don de salvación y enviar a unos apóstoles para misionar en el mundo entero.
Lucas diferencia mostrando que sus discípulos no son sólo los Doce, sino que eran muchos, pero de entre esos muchos escogió a los Doce para encargarles una misión súper especial dentro de la Iglesia (cf. Lc 6,13.17). Ante el peligro de las desviaciones introducidas por los nuevos cristianos, que pretenden haber visto a Jesús y enseñan verdades diferentes, el evangelista Lucas se vio obligado a cerrar el número de apóstoles, limitándolo a Doce, quienes forman el principio y fundamento permanente de la Iglesia. Hasta hoy día, de entre el conjunto de los discípulos, Jesús sigue eligiendo algunos especiales que serán sus enviados. Jesús primeramente baja de la montaña con quienes ha elegido, y sale al encuentro de los hombres que están esperando en la llanura. Jesús está en el centro, en torno a Él los Doce, después está el grupo mayor de los discípulos y, por último, todo el pueblo, la masa de los hombres del mundo entero abierta a su palabra y milagros. Es decir, el esquema será de esta manera: todo proviene de Jesús, pasa a través de sus enviados (los apóstoles o ministros), llega a toda la Iglesia en todos sus miembros para llegar a ser fuerza de salvación para toda la humanidad.
Lo que notamos es que Jesús tenía una comunicación, una comunión profunda con el Padre, por eso va a la montaña y hace oración toda la noche, ya que está en vistas una decisión demás importante, la elección de sus discípulos. Es tan fundamental orar como una exigencia de nuestro propio corazón. En ocasiones se piensa que dedicar mucho tiempo a la oración es pérdida de tiempo, sin embargo, Jesús nos muestra que no, pues necesitamos hacer un buen discernimiento para tomas las decisiones. Cuando aprendemos a dejar a los seres humanos por Dios (en la intimidad de la oración), luego podremos dar a Dios a los seres humanos.
La oración no sólo es un momento o acto a realizar, sino un ambiente en donde se debe desarrollar la actividad del ser humano cristiano, es como el respirar del corazón que no se podría suspender, como los pulmones del cuerpo. Es un mirar fijamente y con dulzura el rostro de Dios en la oración, aunque existan circunstancias amargas por las que estemos pasando en ese momento. Cuando nos organizamos a dedicar un buen tiempo a la meditación de la Palabra de Dios encontraremos más luces en nuestro caminar. A mayores penas y angustias que nos agobien, mayor experiencia de oración nos dará la solución para encontrar la salida.
Las personas que sentían algún mal, un acercamiento físico a Jesús era aliviador para todas sus dolencias físicas o espirituales. Lo interesante es que Jesús no hacía acepción de personas, sana a todos, preguntando a cada uno si tenía fe, pues al faltar la fe puede retardar u obstaculizar la acción milagrosa. Nosotros también debemos confiar en el poder de la Presencia de Jesús y su Palabra, pues quien llega a sanar, curar, liberar y convertir es Él, y nosotros somos simplemente siervos inútiles que hacemos lo que tenemos que hacer para que Jesús siga obrando milagros en todo tiempo.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
- «Procura ser tú mismo el sacrificio y el sacerdote de Dios. No desprecies lo que el poder de Dios te ha dado y concedido. Revístete con la túnica de la santidad, haz de tu corazón un altar, y así, afianzado en Dios, presenta tu cuerpo al Señor como sacrificio» (San Pedro Crisólogo)
- «Es hermoso que en el grupo de sus seguidores, todos, a pesar de ser diferentes, convivían juntos, superando las imaginables dificultades: de hecho, Jesús mismo es el motivo de cohesión, en el que todos se encuentran unidos» (Benedicto XVI)
- «Cristo, al instituir a los Doce, ‘formó una especie de Colegio o grupo estable y eligiendo de entre ellos a Pedro lo puso al frente de él. Así como, por disposición del Señor, san Pedro y los demás Apóstoles forman un único Colegio apostólico, por análogas razones están unidos entre sí el Romano Pontífice, sucesor de Pedro, y los obispos, sucesores de los Apóstoles’ (Concilio Vaticano II)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 880)

HOY:

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