

Oh Dios, que suscitaste a san Juan de Capistrano para confortar a tu pueblo fiel en las dificultades, concédenos siempre la seguridad de tu protección, y conserva a tu Iglesia constantemente en paz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén..
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VIGESIMONOVENA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
LUNES, 23 DE OCTUBRE DE 2023
Reflexión al Evangelio de Hoy
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS
Lc 12, 13-21
En aquel tiempo, uno de la multitud dijo a Jesús: «Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia».
Jesús le respondió: «Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?».
Después les dijo: «Cuídense de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas».
Les dijo entonces una parábola: «Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo “¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha”. Después pensó: “Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida”. Pero Dios le dijo: “Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?”.
Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios».
P/. Palabra del Señor
R/. Gloria a ti, Señor Jesús
PALABRAS DEL SANTO PADRE
El Evangelio de hoy (cf. Lucas 12, 13-21) se abre con la escena de un hombre que se levanta en medio de la multitud y pide a Jesús que resuelva una cuestión jurídica sobre la herencia de la familia. Pero Él en su respuesta no aborda la pregunta, y nos exhorta a alejarnos de la codicia, es decir, de la avaricia de poseer. Para disuadir a sus oyentes de esta frenética búsqueda de riquezas, Jesús cuenta la parábola del rico necio, que cree que es feliz porque ha tenido la buena fortuna de un año excepcional y se siente seguro de los bienes que ha acumulado. (…) El rico pone ante su alma, es decir, ante sí mismo, tres consideraciones: los muchos bienes acumulados, los muchos años que estos bienes parecen asegurarle y, en tercer lugar, la tranquilidad y el bienestar desenfrenado (cf. v. 19). Pero la palabra que Dios le dirige anula estos proyectos. En lugar de los «muchos años», Dios indica la inmediatez de «esta noche; esta noche te reclamarán el alma»; en lugar de «disfrutar de la vida», le presenta la «restitución de la vida; tú darás la vida a Dios», con el consiguiente juicio. La realidad de los muchos bienes acumulados, en la que el rico tenía que basar todo, está cubierta por el sarcasmo de la pregunta: «Las cosas que preparaste, ¿para quién serán?» (v.20). (…) La conclusión de la parábola, formulada por el evangelista, es de una eficacia singular: «Así es el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios» (v. 21). Es una advertencia que revela el horizonte hacia el que todos estamos llamados a mirar. Los bienes materiales son necesarios —¡son bienes! —, pero son un medio para vivir honestamente y compartir con los más necesitados. Hoy Jesús nos invita a considerar que las riquezas pueden encadenar el corazón y distraerlo del verdadero tesoro que está en el cielo. (Ángelus, domingo 4 agosto 2019)
MEDITACIÓN
Desde el momento en que Jesús anuncia que subirá a Jerusalén (cf. Lc 9,51), su mensaje y su camino se centran en lo que vale el Reino, que es la verdadera riqueza para los seres humanos. El verdadero tesoro es el Reino de Dios que nos plenifica y nos ayuda a ser verdaderamente felices, pero toda vez que estemos desprendidos de lo que impide la vivencia del Reino. Todos los bienes de este mundo son una mentira (podríamos comparar con los dioses falsos), es idolatría o absolutización de los bienes materiales o incluso morales (como el reclamo a los fariseos, sobre todo en cuanto a la hipocresía).
El texto enseña cuando Jesús ilumina sobre el tema de la ambición, codicia y el deseo de poseer cada vez más y más, sin tener límite alguno porque su verdadera seguridad está en el tener bienes materiales. “No confíen en la violencia, no presuman de lo robado; aunque aumenten sus riquezas, no pongan el corazón en ellas” (Sal 62,11); “cuando dice: ´Ya puedo descansar, ahora disfrutaré de mis bienes´, no sabe cuánto tiempo pasará hasta que muera y tenga que dejárselo a otros” (Eclo 11,19; cf. Eclo 31,1-11). Los bienes son una bendición de Dios, pero poniéndolos al servicio de los demás y llegar la persona a convertirse en rica ante Dios (pues será sólo aquello que llega a compartir lo que terminará formando parte de su vida para siempre).
Se presenta un oyente y pide a Jesús que sea su abogado defensor en referencia a los derechos que tiene de su herencia. Jesús se rehúsa y proclama un principio radical para la vida: “Cuídense de la toda avaricia, porque aún en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas”; es decir, la vida no se tiene, ni se compra ni se vende, ni se podría asegurar con el dinero, por tanto, quien cimentó su vida en la riqueza material está vacío y sin consistencia.Nos enseña que la vida no se puede ni comprar ni vender, es decir no es como un producto u objeto de dominio alguno como los bienes de la tierra. Se responde con la parábola, cuando el labrador consigue tantos frutos creyendo tener asegurado el futuro y la vida, sin embargo, Dios lo trata como necio porque esa misma noche le exigirán la vida. Una persona así, rica en poseer bienes materiales, termina siendo vacía ante Dios, no tiene sentido el para qué de su existencia. Entra en juego el sentido de la riqueza verdadera o la riqueza que queda carcomida por las polillas (que son temporales y se descomponen). La verdadera riqueza logra abrir la vida del hombre al misterio, pasando la frontera de la muerte y unirse en definitiva con el dueño de todo, del tiempo y del espacio, de la historia y del universo.
Es una riqueza abierta para Dios que ofrece, por un lado, la plenitud de una vida abierta a la Buena Noticia (Evangelio), internamente llena de amor del Reino y de su viva esperanza; por otro, entender que toda verdadera riqueza de vida termina siendo un don para los demás, es decir, el rico de verdad será el generoso, el desprendido, quien no es tacaño para compartir tiempo, talento y tesoro, con amor pone al servicio de los hermanos la abundancia o lo poco que tiene y es. No teme compartir, porque sabe que todo lo que es y tiene es fruto del gran regalo de la Providencia divina.
La dinámica: cuando más damos, más recibimos. Comprender que, en la vida con Dios, terminan siendo nuestras las cosas que de verdad compartimos y, terminan y desaparecen, las que tenemos (incluso en abundancia) pero no las compartimos. Lo que nos pertenece para siempre será aquel gesto de regalarnos a los hermanos en el camino de la vida, aquella actitud de escucha aunque la otra persona nos rompa la paciencia, dar sonrisa y alegría al triste y angustiado, ayudar a comprender que nuestro pasaje por este mundo es tan corto pero nos espera la Presencia del Amante eterno para compartir con nosotros la profundidad del misterio que nada ni nadie podrán pagar con nada del mundo.
Ángeles: https://unpasoaldia.wordpress.com/category/angeologia/

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ORIENTACIÓN PARA SOLICITAR LA PEREGRINACIÓN DE LAS RELIQUIA EN 1ER GRADO DEL BEATO CARLO ACUTIS
COMUNICADO DE LA POSTULAZIONE
| 10/01/2022 | Se han registrado varias denuncias de reliquias del beato Carlos Acutis que no cumplen con los requisitos canónicos ni con la Instrucción de la Congregación para las Causas de los Santos sobre “Las reliquias en la Iglesia: autenticidad y conservación”, del 16 de diciembre de 2017. En particular, reiteramos que para que las reliquias sean auténticas deben llevar un sello de cera y un documento de autentificación con la firma del Postulador. Hay que asegurarse de que no han sido manipuladas o falsificadas. Nadie más está autorizado a autentificar las reliquias de Carlos Acutis, haciendo una excepción del Obispo de Asís. Además, le recordamos que las reliquias se conceden gratuitamente, sin ninguna cantidad de dinero a cambio. Por ello, invitamos a los pastores de la Iglesia a estar atentos al fenómeno de las falsas reliquias, y pedimos la colaboración de sacerdotes, religiosos y laicos para denunciar los casos de fraude o abuso a la Postulación. Agradecemos a todos los que nos ayuden a frenar un fenómeno tan desafortunado. Dr.Nicola Gori Postulatore della Causa. |
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