Un camino de Fe

Enseñanza

La muerte de San José

San José es, después de la Santísima Virgen María, el santo que más espacio ocupa en el Magisterio de la Iglesia Católica, a pesar de que en la Biblia hay pocas referencias sobre su persona.

De san José, podemos ubicar poco más de una decena de pasajes bíblicos en los que aparece en las Sagradas Escrituras.

¿Cómo murió San José?

Si bien la Biblia no dice nada sobre la muerte de San José, algunos santos sí lo han hecho.

San Epifanio, por ejemplo, enseñaba que san José habría muerto poco después de cumplir Jesús 12 años; es decir, después de aquella peregrinación a Jerusalén, en la que la Virgen María y él perdieron a Jesús, y después lo encontraron en el templo discutiendo con los doctores de la ley.

Por otra parte, algunos estudiosos deducen que san José habría muerto poco antes de la vida pública de Jesús, pues el evangelio de san Juan, al narrar las Bodas de Caná, señala que estaban invitados a la boda María su madre, pero no dice nada de san José, quien, se supone, tendría que haber acompañado a su esposa.

Sobre la edad en que murió san José, algunos estudiosos consideran que, siendo la Virgen más joven que él cuando se unieron en matrimonio, y dado que el promedio de vida en tiempos de Jesús rondaba entre los 45-50 años en los hombres, san José habría fallecido entre los 45 y 50 años.

Y sobre la forma en que murió San José, lo único que dice la tradición es que debió haber sido la muerte más dulce y hermosa, teniendo a su lado a la Virgen María y a Jesús, como explicaba san Bernardino.

Fecha probable y razones

Acerca de la pregunta de la época en que murió san José, comparto enteramente el sentimiento de San Epifanio, de San Vicente de Gerson y de muchos otros escritores muy autorizados, que sostienen que el santo Patriarca no estaba ya en este mundo cuando Cristo comenzó a predicar.

Dicho de otra manera, habría asistido a los bodas de Canaá, y, si hubiese vivido, a la muerte del Redentor, sería encontrado al pie de la cruz con María la Madre de los dolores, y Jesús no la habría confiado a san Juan.

Se piensa generalmente que el santo dejó este mundo cuando Cristo hubo cumplido veintinueve años, poco antes que fuese bautizado por Juan Bautista. Esta opinión no parece carecer de probabilidad a quien considere que el oficio de José era satisfacer las necesidades de Jesús y María, en el estado de pobreza que se les había destinado en este mundo. Porque Leemos que el Redentor, antes de su carrera pública, vivió en el silencio y la oración, separado del comercio de los hombres. ¿Esto no permite comprender que, para satisfacer a las relaciones con el exterior que exigía la profesión de carpintero, para buscar trabajo, comprar madera, vender los objetos fabricados y asegurar así a la Sagrada Familia los recursos materiales de existencia, Dios conservó a su cabeza a José hasta la época en que comenzaron las predicaciones de Jesús? A partir de ese momento, el Salvador, pudo satisfacer sus necesidades y las de su madre mediante las limosnas que se le ofrecían.

Los doctores valoran muchas razones para explicar que la muerte de san José haya estado tan próxima a la de nuestro Señor, y la haya precedido.
Primeramente, el tiempo que no manifestó su divinidad, el Salvador quiso disfrutar, aquí abajo, de la compañía del santo Patriarca y conservarle el honor de ejercer delante de él el oficio de un padre. Por otro lado, decidió, por amor, retirarlo de este mundo para evitarle los dolores que le habrían causado las contradicciones de vida pública, y los tormentos de su Pasión.

En segundo lugar, Nuestro señor quiso que José muriese antes que Él para que fuese a consolar a las santas almas de los limbos y para alcanzarles las prendas que aseguraban su próxima liberación. Este acto de piedad filial que Jesucristo realizó con san José, no favoreció a su Madre, aunque la amaba mucho más.

Se esgrime esta razón, entre otras, porque las puertas del cielo no debían abrirse sino después de su Pasión del Salvador: no había hasta ese momento un lugar digno de recibir el alma de la Santísima Virgen.

Muerte de San José

Poseemos un documento cuya antigüedad lo hace respetable. ¿Qué valor tiene desde el punto de vista histórico? Lo ignoramos. Queremos hablar de la Historia oriental, que cita en gran parte Isidoro en un libro dedicado al Papa Adriano VI.

Detalles respetables

Esta obra presta al Señor las palabras siguientes, que habría dirigido a sus discípulos, y que repetimos para la edificación de nuestros lectores:

“José estaba ya avanzado en años, pero había conservado el uso de todas sus facultades. Su vista era perfecta, su inteligencia lúcida. Yo lo llamaba Padre, y él me llamaba Hijo. Lo obedecía en todo lo que me mandaba y yo lo amaba como la niña de mis ojos. Aproximándose sus últimos días, un ángel le anunció que no tardaría en pasar de este mundo a sus Padres. Entonces se dirigió a Jerusalén, entró en el Templo y oró largamente al Señor. Le suplicó que enviara a San Miguel, en la hora suprema para defenderlo de sus enemigos, y le pidió que su ángel guardián acompañara su alma a la salida de su cuerpo, para alejar de ella a los espíritus malvados. Volvió a Nazaret y fue afectado por una enfermedad, que no tardó en poner en peligro sus días. Como vi que se turbaba, fui a él y le dije. ¿Por qué te turbas, Padre mío, si estás bendecido por Dios y eres santo a sus ojos?”

“Hijo mío, respondió, el temor de la muerte me asediaba. Pero desde que escuché tu voz, se consoló mi alma, porque eres Jesús, mi Salvador, que me has liberado de mis fallas.

Teniendo en cuentaTeniendo en cuenta este argumento histórico, muchas tradiciones mantienen que José murió en brazos o en presencia de Jesús y María. Es una imagen hermosa, lo que ha motivado a la Iglesia a proclamar a José el santo patrón de una “muerte feliz”.

Existen numerosas representaciones de este momento, pero existe una particularmente conmovedora que pertenece a los escritos de la Venerable Madre María de Jesús de Ágreda, también conocida como la monja con el don de la bilocación. Escribió acerca del episodio en Mística Ciudad de Dios, y se encuentra registrado como una revelación privada.

Entonces, este hombre de Dios se giró hacia Cristo, nuestro Señor, y en una profunda reverencia, deseó postrarse ante Él. Pero el dulce Jesús se acercó y lo recibió en sus brazos y, reclinando su cabeza hacia él, José dijo: “Mi altísimo Señor y Dios, Hijo del eterno Padre, Creador y Redentor del Mundo, dad vuestra bendición a vuestros siervos y el trabajo de sus manos. Oh Misericordioso, perdona los errores que he cometido en vuestro servicio y relación. Le alabo y magnifico y lo represento eterno y comprensivo. Gracias por haberme elegido, con condescendencia inexpresable, para ser el esposo de la verdadera Madre, que sea su grandeza y gloria mi acción de gracias para toda la eternidad”.

El Redentor del mundo le dio su bendición y añadió: “Padre mío, descanse en paz y en la gracia de mi eterno Padre y mía, y para los profetas y santos que lo esperan en el limbo, lléveles las felices nuevas de la llegada de su redención”. Ante estas palabras de Jesús, y reclinado en sus brazos, el afortunado San José falleció y el propio Señor cerró sus ojos.

Ocurriera lo que ocurriese, José debió haber fallecido felizmente rodeado de la esposa e hijo más afectuosos de todo el universo.

Breve oración a San José, donde se le pide que medie por nosotros para que nuestra muerte también sea feliz.

¡Oh, bienaventurado José!, que exhaló su último suspiro entre Jesús y María, concédeme la gracia, oh José, para que yo pueda respirar mi alma en alabanza en espíritu, si no puedo hacerlo de palabra:
“Jesús, María y José, os doy mi corazón y el alma mía”


Traducido del francés por José Gálvez 

https://atomic-temporary-157745810.wpcomstaging.com/2023/03/14/coronilla-por-las-almas-sacerdotales-y-religiosas-2/
https://atomic-temporary-157745810.wpcomstaging.com/2023/06/02/las-reliquias-de-los-santos-en-el-culto-catolico/

Escribénos a: contactounpasoaldia@gmail.com

Nota importante: La publicidad que aparece en este portal es gestionada por Google y varía en función del país, idioma e intereses y puede relacionarse con la navegación que ha tenido el usuario en sus últimos días.

Estimado lector: ¡Gracias por seguirnos y leer nuestras publicaciones. Queremos seguir comprometidos con este apostolado y nos gustaría contar contigo, si está en tus posibilidades, apóyanos con un donativo que pueda ayudarnos a cubrir nuestros costos tecnológicos y poder así llegar cada vez a más personas. ¡Necesitamos de ti!
¡GRACIAS!

Para solicitarla, ponte en contacto con nosotros

ORIENTACIÓN PARA SOLICITAR LA PEREGRINACIÓN DE LAS RELIQUIA EN 1ER GRADO DEL BEATO CARLO ACUTIS

COMUNICADO DE LA POSTULAZIONE

10/01/2022   
Se han registrado varias denuncias de reliquias del beato Carlos Acutis que no cumplen con los requisitos canónicos ni con la Instrucción de la Congregación para las Causas de los Santos sobre “Las reliquias en la Iglesia: autenticidad y conservación”, del 16 de diciembre de 2017.
En particular, reiteramos que para que las reliquias sean auténticas deben llevar un sello de cera y un documento de autentificación con la firma del Postulador. Hay que asegurarse de que no han sido manipuladas o falsificadas.
Nadie más está autorizado a autentificar las reliquias de Carlos Acutis, haciendo una excepción del Obispo de Asís.
Además, le recordamos que las reliquias se conceden gratuitamente, sin ninguna cantidad de dinero a cambio.
Por ello, invitamos a los pastores de la Iglesia a estar atentos al fenómeno de las falsas reliquias, y pedimos la colaboración de sacerdotes, religiosos y laicos para denunciar los casos de fraude o abuso a la Postulación.
Agradecemos a todos los que nos ayuden a frenar un fenómeno tan desafortunado.

 

Dr.Nicola Gori
Postulatore della Causa.

DESCARGA, IMPRIME Y COMPARTE

Deja un comentario