
«Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada».
(Lucas 2,7)

¿Dónde finalmente encontraron refugio José y María?
Según el relato bíblico, José y María no encontraron posada en Belén porque la ciudad estaba llena de gente que había llegado para el censo ordenado por el emperador romano Augusto. Al no encontrar un lugar donde alojarse, se vieron obligados a refugiarse en un establo, donde nació Jesús.
El lugar exacto donde se encontraba este establo no se menciona en la Biblia, pero la tradición cristiana lo sitúa en una cueva cercana a Belén, conocida como la Gruta de la Natividad. Esta cueva se encuentra dentro de la Basílica de la Natividad, uno de los lugares más sagrados del cristianismo y un importante destino de peregrinación.
La Gruta de la Natividad es un lugar pequeño y sencillo, pero tiene un gran significado simbólico para los cristianos. Es el lugar donde, según la tradición, nació Jesús, el Hijo de Dios, y es un recordatorio del humilde origen del cristianismo.
¿Qué significado tiene este episodio en la historia de la Navidad?
El episodio de José y María buscando posada en Belén es un relato bíblico que narra las dificultades que enfrentaron los padres de Jesús antes de su nacimiento. Según el Evangelio de Lucas, José y María viajaron desde Nazaret hasta Belén para participar en el censo ordenado por el emperador romano Augusto. Sin embargo, al llegar a Belén, no encontraron un lugar donde alojarse, ya que todas las posadas estaban llenas.
Este episodio tiene un profundo significado en la historia de la Navidad, ya que resalta la humildad y la sencillez con la que nació Jesús. A pesar de ser el Hijo de Dios, nació en un pesebre, en un lugar humilde y sencillo. Esto nos enseña que Dios no se preocupa por las riquezas o el estatus social, sino que valora la humildad y la sencillez de corazón.
Este acontecimiento es un recordatorio de que Jesús no nació en un palacio, sino en un lugar humilde y sencillo. Esto nos enseña que Dios no se fija en las apariencias, sino en el corazón.
También nos recuerda que Jesús fue rechazado por los poderosos y los ricos de su tiempo. Esto nos enseña que no debemos dejarnos llevar por las apariencias, sino que debemos valorar a las personas por lo que son.
El hecho de que José y María no encontraran posada en Belén es un símbolo de la humildad, la pobreza y el rechazo que sufrió Jesús. Es un acontecimiento que nos enseña a valorar a las personas por lo que son, y no por sus apariencias.
Además, este episodio también nos muestra la importancia de la hospitalidad y la solidaridad. José y María fueron rechazados por varias posadas, pero finalmente encontraron refugio en un pesebre, gracias a la bondad de un humilde pastor. Esto nos enseña que debemos ser hospitalarios y solidarios con los demás, especialmente con los más necesitados.
Dios valora la humildad y la sencillez de corazón, y es por ello que debemos ser hospitalarios y solidarios con los demás, especialmente con los más necesitados.
¿Cómo reaccionaron José y María ante la falta de posada en Belén?
La reacción de José y María ante esta situación fue de preocupación y tristeza, ya que no tenían un lugar donde pasar la noche. Sin embargo, confiaron en Dios y buscaron un lugar alternativo donde alojarse. Finalmente, encontraron un establo donde pudieron refugiarse y pasar la noche.
José y María lo vivieron. Estaba todo lleno en Belén por culpa del censo. Pidieron posada. Fueron rechazados. Sólo hubo sitio en un establo. Cerca de los animales.
Allí María supo convertir una cueva de animales en un hogar donde pudiera nacer dignamente Jesús. Pero antes sufrieron el oprobio, el rechazo.
La reacción de José y María ante la falta de posada en Belén nos enseña la importancia de confiar en Dios y de buscar soluciones alternativas ante las dificultades. También nos enseña la importancia de la humildad y de la sencillez, ya que José y María aceptaron refugiarse en un establo, a pesar de ser los padres del Hijo de Dios.
¿Qué enseñanza se puede obtener de esta historia?
Esta historia nos enseña varias lecciones importantes. En primer lugar, nos enseña la importancia de la humildad. José y María eran personas humildes que aceptaron su situación sin quejarse. No se sintieron avergonzados de tener que dormir en un establo, y estaban agradecidos por el techo que tenían sobre sus cabezas.
En segundo lugar, esta historia nos enseña la importancia de la confianza en Dios. José y María sabían que Dios estaba con ellos, y confiaron en que Él les proporcionaría lo que necesitaban. No se preocuparon por el futuro, sino que se centraron en el presente y en el nacimiento de su hijo.
En tercer lugar, esta historia nos enseña la importancia del amor. José y María se amaban profundamente, y su amor les ayudó a superar las dificultades que enfrentaron. Estaban dispuestos a sacrificarse el uno por el otro, y estaban comprometidos a criar a su hijo en un ambiente de amor y compasión.
La historia de José y María buscando posada en Belén es una historia de esperanza, humildad, confianza en Dios y amor. Es una historia que nos recuerda que incluso en los momentos más difíciles, Dios está con nosotros y nos proporcionará lo que necesitamos.
Narración de Catalina Emmerich sobre la Llegada de María y José a Belén y la Búsqueda de Refugio
Esta es la etapa final del viaje de María y José a Belén, en que llegan a la ciudad y buscan refugio.
En la ciudad María y José no encuentran un lugar para hospedarse, lo que definitiva los lleva a recurrir a la cueva donde en definitiva se produjo el nacimiento de Jesús.
José se dirigió con María hacia un gran edificio rodeado de construcciones pequeñas y de patios a pocos minutos de Belén. Había allí muchos árboles. Numerosas personas habían levantado sus carpas en ese lugar. Ésta era la antigua casa paterna de la familia de David, que fue propiedad del padre de San José. Habitaban en ella parientes o gente relacionada con José; pero éstos no lo quisieron reconocer y lo trataron como a extraño. En esta casa se cobraban entonces los impuestos para el gobierno romano.
José entró acompañado de María, llevando el asno del cabestro, pues todos debían darse a conocer cuando llegaban, y allí recibían el permiso para entrar en Belén. La borriquilla no está junto a ellos: va corriendo alrededor de la ciudad, hacia el Mediodía, donde hay un vallecito.
José ha entrado en el gran edificio. María se encuentra en compañía de varias mujeres en una casa pequeña que da al patio. Estas mujeres son bastante benévolas y le dan de comer, pues cocinan para los soldados de la guarnición. Son soldados romanos; tienen correas que cuelgan de la cintura.
La temperatura no es fría: es agradable; el sol se muestra por encima de la montaña, entre Jerusalén y Betania. Desde este lugar se contempla un paisaje muy hermoso.
José se halla en una habitación espaciosa, que no está en el piso bajo. Le preguntan quién es y consultan grandes rollos escritos, algunos suspendidos de los muros; los despliegan y leen su genealogía, como también la de María. José parecía no saber que también María, por Joaquín, descendía en línea directa de David. El hombre pregunta dónde se halla su mujer.
LA SAGRADA FAMILIA BUSCA REFUGIO
Entraron en BelénEntraron en Belén por entre escombros, como si hubiese sido una puerta derruida. Las casas aparecen muy separadas unas de otras. María se quedó tranquila, junto al asno, al comienzo de una calle, mientras José buscaba inútilmente alojamiento entre las primeras casas. Había muchos extranjeros y se veían numerosas personas yendo de un lado a otro.
José volvió junto a María diciéndole que no era posible encontrar alojamiento; que debían penetrar más adentro de la ciudad. Caminaban llevando José al asno del cabestro y María iba a su lado.
Cuando llegaron a la entrada de otra calle, María permaneció junto al asno, mientras José iba de casa en casa; pero no encontró ninguna donde quisieran recibirlos. Volvió lleno de tristeza al lado de María. Esto se repitió varias veces y así tuvo María que esperar largo rato.
En todas partes decían que el sitio estaba ya tomado y habiéndolo rechazado en todas partes, José dijo a María que era necesario ir a otro lado en donde, sin duda, encontrarían lugar.
Retomaron la dirección contraria a la que habían tomado al entrar y se dirigieron hacia el Mediodía. Siguieron una calleja que más parecía un camino entre la campiña, pues las casas estaban aisladas, sobre pequeñas colinas. Las tentativas fueron también allí infructuosas.
Llegados al otro lado de Belén, donde las casas se hallaban aún más dispersas, encontraron un gran espacio vacío, como un campo desierto en el poblado. En él había una especie de cobertizo y a poca distancia un árbol grande, parecido al tilo, de tronco liso, con ramas extendidas, formando techumbre alrededor. José condujo a María bajo este árbol y le arregló un asiento con los bultos al pie, para que pudiera descansar, mientras él volvía en busca de mejor asilo en las casas vecinas. El asno quedó allí con la cabeza pegada al árbol.
María, al principio, permanecía de pie, apoyada al tronco del árbol. Su vestido de lana blanca, sin cinturón, caíale en pliegues alrededor. Tenía la cabeza cubierta por un velo blanco. Las personas que pasaban por allí la miraban, sin saber que su Salvador, su Mesías, estaba tan cerca de ellos. ¡Qué paciente, qué humilde y qué resignada estaba María! Tuvo que esperar mucho tiempo. Por fin sentóse sobre las colchas, poniéndose las manos juntas en el pecho, con la cabeza baja.
José regresó lleno de tristeza, pues no había podido encontrar posada ni refugio. Los amigos de quienes había hablado a María apenas si lo reconocían. José lloró y María lo consoló con dulces palabras. Fue una vez más, de casa en casa, representando el estado de su mujer, para hacer más eficaz la petición; pero era rechazado precisamente también a causa de eso mismo.
El paraje era solitario. No obstante, algunas personas se habían detenido mirándola de lejos con curiosidad, como sucede cuando se ve a alguien que permanece mucho tiempo en el mismo sitio a la caída de la tarde. Creo que algunos dirigieron la palabra a María, preguntándole quién era.
Al fin volvió José, tan conturbado, que apenas se atrevía a acercarse a María. Le dijo que había buscado inútilmente; pero que conocía un lugar, fuera de la ciudad, donde los pastores solían reunirse cuando iban a Belén con sus rebaños: que allí podrían encontrar siquiera un abrigo. José conocía aquel lugar desde su juventud. Cuando sus hermanos lo molestaban, se retiraba con frecuencia allí para rezar fuera del alcance de sus perseguidores.
Decía José que si los pastores volvían, se arreglaría fácilmente con ellos; que venían raramente en esa época del año. Añadió que cuando Ella estuviera tranquila en aquel lugar, él volvería a salir en busca de alojamiento más apropiado.
Salieron, pues, de Belén por el Este siguiendo un sendero desierto que torcía a la izquierda. Era un camino semejante al que anduvieran a lo largo de los muros desmoronados de los fosos de las fortificaciones derruidas de una pequeña ciudad: se subía un tanto al principio, luego descendía por la ladera de un montecillo y los condujo en algunos minutos al Este de Belén, delante del sitio que buscaban, cerca de una colina o antigua muralla que tenía delante algunos árboles: terebintos o cedros de hojas verdes; otros tenían hojas pequeñas como las del boj.
NOVENA DE NAVIDAD
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ORIENTACIÓN PARA SOLICITAR LA PEREGRINACIÓN DE LAS RELIQUIA EN 1ER GRADO DEL BEATO CARLO ACUTIS
COMUNICADO DE LA POSTULAZIONE
| 10/01/2022 | Se han registrado varias denuncias de reliquias del beato Carlos Acutis que no cumplen con los requisitos canónicos ni con la Instrucción de la Congregación para las Causas de los Santos sobre “Las reliquias en la Iglesia: autenticidad y conservación”, del 16 de diciembre de 2017. En particular, reiteramos que para que las reliquias sean auténticas deben llevar un sello de cera y un documento de autentificación con la firma del Postulador. Hay que asegurarse de que no han sido manipuladas o falsificadas. Nadie más está autorizado a autentificar las reliquias de Carlos Acutis, haciendo una excepción del Obispo de Asís. Además, le recordamos que las reliquias se conceden gratuitamente, sin ninguna cantidad de dinero a cambio. Por ello, invitamos a los pastores de la Iglesia a estar atentos al fenómeno de las falsas reliquias, y pedimos la colaboración de sacerdotes, religiosos y laicos para denunciar los casos de fraude o abuso a la Postulación. Agradecemos a todos los que nos ayuden a frenar un fenómeno tan desafortunado. Dr.Nicola Gori Postulatore della Causa. |
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