Cada 3 de enero, la Iglesia celebra con gran alegría la fiesta del Santísimo Nombre de Jesús.

Esta celebración no solo conmemora el nombramiento de Jesús, como se relata en el Evangelio de Mateo (1, 19-25), sino que también nos invita a reflexionar sobre el profundo significado y poder que encierra su nombre.
Significado del Nombre de Jesús
El nombre “Jesús” proviene del hebreo “Yeshua”, que significa “Dios salva”. Al invocar Su nombre, recordamos las innumerables bendiciones que hemos recibido a través de nuestro Santo Redentor. No se trata de un poder mágico en las letras que lo componen, sino de la reverencia y amor que sentimos hacia Aquel que nos redimió. Como señala el emperador Justiniano en su libro de leyes: “En el Nombre de Nuestro Señor Jesús empezamos todas nuestras deliberaciones”.
El Poder del Nombre
El Nombre de Jesús es una fuente de consuelo y fortaleza en nuestras vidas. Según el Evangelio de Marcos (16, 17-18), se nos promete que en Su nombre expulsaremos demonios, hablaremos en lenguas nuevas y sanaremos a los enfermos. Los Apóstoles, al invocar el nombre de Jesús, realizaron milagros extraordinarios, como dar fuerza a los lisiados (Hechos 3, 6) y devolver la vida a los muertos (Hechos 9, 40).
Además, este nombre nos ofrece consuelo en nuestras aflicciones espirituales. Nos recuerda la misericordia del padre del Hijo Pródigo y el sacrificio del Cordero de Dios. En tiempos difíciles, el Nombre de Jesús nos protege de las tentaciones y engaños del demonio, quien teme Su poder.
La oración y la devoción
El uso del Nombre de Jesús en nuestras oraciones es fundamental. Cristo mismo nos asegura que “lo que pidáis al Padre os lo dará en mi nombre” (Juan 16, 23). Por ello, la Iglesia concluye sus plegarias con “Por Jesucristo Nuestro Señor”. Esta práctica resalta la importancia de invocar Su nombre en todas nuestras intenciones.
San Pablo nos recuerda que “para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos” (Filipenses 2, 10). Esta afirmación subraya la reverencia que debemos tener hacia Su nombre sagrado.
Promotores de la Devoción
La devoción al Santísimo Nombre ha sido promovida por grandes santos a lo largo de la historia. San Bernardino de Siena y San Juan Capistrano fueron fervientes defensores de esta práctica. San Bernardino utilizó un monograma del Santísimo Nombre (IHS) para bendecir a los enfermos y realizar milagros durante sus misiones en Italia.
Este símbolo se convirtió en un emblema poderoso asociado con la Compañía de Jesús.El monograma IHS representa las tres primeras letras griegas del nombre “Jesús” y ha sido utilizado desde el siglo VIII. Aunque algunos sostienen erróneamente que simboliza “Jesús Hominum Salvator” (Jesús Salvador de los hombres), su significado original está profundamente arraigado en la tradición cristiana.
Indulgencias y Prácticas Devocionales
A lo largo de los siglos, varios papas han otorgado indulgencias a quienes veneran el Santísimo Nombre. Por ejemplo, Sixto V concedió indulgencias a quienes añadieron el nombre de Jesús al Ave María o se hincaron al escuchar Su nombre. Estas prácticas han ayudado a difundir la devoción al Santísimo Nombre entre los fieles.
En algunas regiones, como Baviera y Austria, es común que los fieles incluyan las palabras “Jesús Christus” al recitar el Ave María. Esta costumbre resalta cómo el Nombre de Jesús ha permeado la vida devocional católica.
Celebración actual
La fiesta del Santísimo Nombre no es solo una celebración litúrgica; es una invitación a profundizar nuestra relación con Cristo a través del reconocimiento y veneración de Su nombre. Aunque esta fiesta no es de estricta observancia para todos los católicos, su importancia sigue siendo relevante.
En esta fecha especial, reflexionamos sobre las bendiciones que hemos recibido en nuestras vidas gracias al Santísimo Nombre de Jesús. Que cada invocación sea un recordatorio del amor y la gracia que nos ofrece nuestro Salvador.
Reflexiones para hoy
La fiesta del Santísimo Nombre de Jesús es una oportunidad para honrar a Aquel que es nuestro Redentor. Al invocar Su nombre con fe y devoción, encontramos consuelo, protección y esperanza. Que cada uno de nosotros pueda vivir plenamente esta celebración, recordando siempre que “el Nombre es más hermoso que el amanecer y la luz”, como afirmaron los primeros jesuitas. Celebremos juntos este día con alegría y gratitud por el don inestimable que es nuestro Salvador.
Oración al Santo Nombre de Jesús
Jesús, Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, tanto amas a la humanidad que no sólo te rebajas a hacerte hombre, sino que eres el manso cordero que cargas con los pecados de todos nosotros.
¡Gracias por el don de tu humildad, tu misericordia y tu perdón!
Quiero que mi vida de cada día esté limpia de pecado, nunca indigna de un discípulo tuyo.
Te pido que toda mi existencia transcurra siempre en tu compañía, y las últimas palabras sean repetir tu santísimo Nombre, JESÚS, el Nombresobretodonombre.
Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
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