El 8 de mayo de 2025 quedará grabado en la historia de la Iglesia como un día de profunda trascendencia espiritual y simbólica.

El 8 de mayo de 2025 quedará grabado en la historia de la Iglesia como un día de profunda trascendencia espiritual y simbólica. En esta fecha, la elección del Papa León XIV se entrelaza con la conmemoración de dos advocaciones marianas de gran arraigo y devoción: la Virgen de Pompeya y la Virgen de Luján. Esta coincidencia no es un mero accidente del calendario, sino un signo providencial que invita a reflexionar sobre la continuidad de la fe, la unidad de la Iglesia y el compromiso con la paz y la misión en el mundo contemporáneo.
La Virgen de Luján y la Virgen de Pompeya: dos advocaciones que unen continentes y corazones
La Virgen de Luján es la patrona espiritual de Argentina, Uruguay y Paraguay, y su imagen ha sido un símbolo de esperanza y protección para millones de fieles en América Latina desde hace más de un siglo. El 8 de mayo de 1887, el Papa León XIII coronó solemnemente en Roma la imagen de la Virgen de Luján, un acto que no solo reconoció su importancia religiosa, sino que también fortaleció el vínculo entre la Iglesia universal y el pueblo latinoamericano. Desde entonces, cada año millas de peregrinos acuden a Luján para renovar su fe y pedir la intercesión materna de la Virgen.
Por otro lado, la Virgen del Rosario de Pompeya, cuya devoción fue promovida por el beato Bartolo Longo, representa un faro de esperanza para la Iglesia italiana y para fieles de todo el mundo. La virgen de Pompeya fue bendecida por el papa León XIII, de quien Robert Prevost tomó su nombre como santo pontífice, marcó el inicio de una devoción que se ha extendido globalmente, especialmente entre quienes buscan consuelo en tiempos de dificultad. La imagen de la santísima virgen del Rosario de Pompeya está acompañada por Santo Domingo y Santa Catalina. El papa León XIV sea devoto de la virgen de Pompeya es “muy simbólico”.
En su caso, Santa Catalina permitió el regreso del papa a Roma en la crisis de Verona; mientras que Santo Domingo simboliza la “lucha contra los herejes; es decir, la lucha para volver a convertir a aquellos que se han alejado de la Iglesia”. El santuario de Pompeya se ha convertido en un lugar de milagros y testimonios de fe, donde la Virgen es vista como una madre cercana que escucha y acompaña.
Estas dos advocaciones, aunque geográficamente distantes, están unidas por una historia común de amor mariano, protección y fidelidad a la Iglesia, y hoy convergen simbólicamente en la elección del Papa León XIV.
Carlo Acutis y la Virgen de Pompeya: un ejemplo de fe joven y contemporánea
En este contexto, la figura del beato Carlo Acutis resuena con especial fuerza. Este joven italiano, fallecido prematuramente en 2006 y beatificado en 2020, tenía una profunda devoción por la Virgen de Pompeya. Carlo veía en el Rosario una “escalera corta para subir al cielo” y nunca dejaba de rezarlo diariamente. Su relación con la Virgen de Pompeya no fue solo un acto de piedad personal, sino un instrumento para la conversión y el amor hacia los demás: se sabe que rezó por la conversión de una amiga cercana, confiando en la intercesión de la Virgen del Rosario.
Carlo Acutis es también un símbolo de cómo la fe puede dialogar con la modernidad. A través de la tecnología, creó exposiciones digitales sobre milagros eucarísticos y apariciones marianas, acercando la espiritualidad a las nuevas generaciones. Su vida es un testimonio vivo de que la devoción a María no es algo del pasado, sino una fuerza viva que impulsa a la Iglesia hacia el futuro.
León XIII y la lucha espiritual contra el mal: el origen de la oración a San Miguel Arcángel
Para entender la dimensión espiritual del pontificado de León XIV, es fundamental recordar la figura de su ilustre antecesor, el Papa León XIII, quien en 1884 vivió una experiencia mística que marcó profundamente su pontificado y la historia de la Iglesia. Tras celebrar la Misa, León XIII quedó paralizado y con una expresión de terror, pues tuvo una visión en la que vio y escuchó a Satanás desafiando a Dios, afirmando que podría destruir la Iglesia y llevar al mundo al infierno si se le concedía más tiempo y poder. Según la tradición, el demonio pidió cien años para influir en la humanidad como nunca antes.
Conmovido por esta revelación, León XIII escribió la famosa oración a San Miguel Arcángel, pidiendo la protección del príncipe de las milicias celestiales contra las asechanzas del demonio. Esta oración fue establecida oficialmente para ser rezada al final de cada Misa, como una súplica constante por la defensa de la Iglesia frente al mal. La oración dice así:
“San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la maldad y las asechanzas del demonio. ¡Reprímelo, oh Dios, pedimos suplicantes, y tú, príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás ya los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.”
Este acto de León XIII no solo reflejó su conciencia de la batalla espiritual que enfrenta la Iglesia, sino que también dejó un legado de oración y protección que sigue vigente hoy, alentado por papas recientes como Juan Pablo II y Francisco.
El primer saludo del Papa León XIV: un pontificado marcado por la paz y el diálogo
En este día cargado de simbolismo, el Papa León XIV inició su pontificado con un mensaje claro y esperanzador: “¡La paz esté con todos ustedes! Queridos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo Resucitado, el Buen Pastor que dio la vida por el rebaño de Dios”. Este saludo no solo evoca la alegría pascual, sino que establece la paz como el eje central de su ministerio petrino.
León XIV definió la paz que anhela como “desarmada y desarmante, humilde y perseverante”, una paz que brota del amor incondicional de Dios y que invita a superar el miedo y las divisiones. En un mundo fragmentado por conflictos y tensiones, su llamado a construir “puentes mediante el diálogo, mediante el encuentro” es una invitación a la unidad y la reconciliación.
Su discurso inaugural también subrayó la importancia de una Iglesia “sinodal y misionera, abierta a todos, sobre todo a los que sufren”, reflejando un compromiso con la cercanía y la evangelización en las periferias existenciales y geográficas.
Un pontificado con raíces misioneras, espirituales y proféticas
León XIV, con su experiencia misionera en Perú y su formación agustiniana, se perfila como un pastor que combina humildad, valentía y un profundo compromiso con la misión evangelizadora. Su llamado a avanzar “sin miedo” es un estímulo para que la Iglesia enfrente los retos actuales con esperanza activa y confianza en la protección divina.
Al igual que León XIII enfrentó la lucha espiritual contra el mal con oración y valentía, León XIV parece llamado a continuar esa batalla, apoyado en la fe mariana y en la unidad de la Iglesia. La coincidencia de su elección con la fiesta de la Virgen de Pompeya y la Virgen de Luján refuerza esta conexión espiritual y pastoral.
María, Carlo Acutis y el nuevo Papa: un puente entre tradición y futuro
La Virgen de Pompeya y la Virgen de Luján, coronadas en 1887 bajo el pontificado de León XIII, simbolizan la protección materna que acompaña a la Iglesia en sus momentos decisivos. Carlo Acutis, con su amor juvenil y moderno por la Virgen de Pompeya, representa la vitalidad de una fe que se renueva y se adapta sin perder sus raíces.
El Papa León XIV, elegido en este día tan cargado de historia y devoción, se presenta como el pastor que invita a la Iglesia a caminar bajo el manto de María, a confiar en la protección de San Miguel ya construir un mundo más justo, fraterno y en paz.
Un llamado a la esperanza, la oración y la acción
El 8 de mayo de 2025 es una jornada que nos invita a renovar nuestra fe y compromiso. La elección del Papa León XIV, en la fiesta de dos vírgenes protectoras y en el legado espiritual de León XIII, nos llama a orar con fervor, a luchar contra el mal con valentía ya ser constructores de paz y unidad.
Siguiendo el ejemplo de Carlo Acutis, que supo unir tradición y modernidad, oración y acción, podemos avanzar “un paso al día” de la mano de María y bajo la protección de San Miguel Arcángel, confiando en que la Iglesia, guiada por su nuevo pastor, será luz en medio de las tinieblas y esperanza para el mundo.
Oración a San Miguel Arcángel del Papa León XIII
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la maldad y las asechanzas del demonio.¡Reprímelo, oh Dios, pedimos suplicantes, y tú, príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás ya los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.
Este día, más que una coincidencia, es un llamado a la fe activa, a la oración constante ya la esperanza en la protección divina, bajo el liderazgo de un Papa que inicia su ministerio con la paz como bandera y la Virgen como guía.
Publicado en UnPasoAlDia.com el 8 de mayo de 2025
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[Publicado en unpasoaldia.com – Un espacio de reflexión cristiana para el caminante de hoy]
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