Un camino de Fe

Espiritualidad, Salud Emocional

Oración para pedir alegría en el sufrimiento, de Santo Tomás Moro

Una bellísima oración que el santo escribió en la cárcel, cuando supo que le iban a matar.

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Santo Tomás Moro. Carta escrita en la cárcel a su hija Margarita

Dame, Señor, un poco de sol,                                                                                        algo de trabajo y un poco de alegría.

Dame el pan de cada día, un poco de mantequilla, una buena                   digestión y algo para digerir.

Dame una manera de ser que ignore el aburrimiento, los lamentos y los suspiros.

No permitas que me preocupe demasiado                                                          por esta cosa embarazosa que soy yo.

Dame, Señor, la dosis de humor suficiente como para encontrar  la felicidad en esta vida y ser provechoso para los demás.

Que siempre haya en mis labios una canción, una poesía o una historia para distraerme.

Enséñame a comprender los sufrimientos                                                              y a no ver en ellos una maldición.

Concédeme tener buen sentido, pues tengo mucha necesidad de él.

Señor, concédeme la gracia,  en este momento supremo de miedo y angustia, de recurrir al gran miedo y a la asombrosa angustia que tú experimentaste en el Monte de los Olivos antes de tu pasión.

Haz que a fuerza de meditar tu agonía, reciba el consuelo espiritual necesario para provecho de mi alma.

Concédeme, Señor, un espíritu abandonado, sosegado, apacible, caritativo, benévolo, dulce y compasivo.

Que en todas mis acciones, palabras y pensamientos experimente el gusto de tu Espíritu santo y bendito.

Dame, Señor, una fe plena, una esperanza firme y una ardiente caridad.

Que yo no ame a nadie contra tu voluntad, sino a todas las cosas en función de tu querer.

Rodéame de tu amor y de tu favor.

“Ten, pues, buen ánimo, hija mía, y no te preocupes por mí, sea lo que sea que me pase en este mundo.

Nada puede pasarme que Dios no quiera.

Y todo lo que él quiere, por muy malo que nos parezca, es en realidad lo mejor”.

 

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