En el año 1664 a las afueras de la villa de Saint-Etienne D´Avançon, una bella dama se presentó a un joven analfabeta de 17 años llamada Benoîte Rencurel, a la que la reveló su identidad: “Yo soy María”.

FECHA
Desde el año 1664 a 1718.
El 4 de mayo de 2008, monseñor Jean-Michel di Falco Léandri, obispo de la diócesis de Gap y de Embrun, Francia, reconoció oficialmente el carácter sobrenatural de las apariciones de la Virgen a Benoîte Rencurel, en el Santuario de Laus, en los Altos Alpes.

Sinópsis
Nuestra Señora de Laus es una advocación mariana de la Iglesia católica que se encuentra en Laus, una localidad en el sureste de Francia. La advocación de Nuestra Señora de Laus se remonta al siglo XVII, cuando una joven llamada Benoîte Rencurel afirmó haber tenido visiones de la Virgen María en la región.
Según la tradición, en 1664, la Virgen María se apareció a Benoîte, una pastora de 17 años, en una pequeña capilla en Laus. Las apariciones se extendieron durante varios años, y durante este tiempo, la Virgen María transmitió mensajes de reconciliación, penitencia y oración a través de Benoîte.
Las apariciones de Nuestra Señora de Laus fueron objeto de investigación por parte de las autoridades eclesiásticas, y en 1665, el obispo local reconoció oficialmente las apariciones como auténticas y aprobó la construcción de una iglesia en el lugar de las visiones.
Desde entonces, Nuestra Señora de Laus ha sido venerada en Laus como patrona de la diócesis de Gap y Embrun. El santuario de Nuestra Señora de Laus se ha convertido en un lugar de peregrinación importante, y miles de fieles acuden allí cada año en busca de curación, consuelo espiritual y renovación de fe.

Saint Etienne
Saint Etienne de Laus está localizada al sur de Francia. Aún hoy tiene pocas edificaciones, pero en 1664 era una aldea prácticamente desierta. Para ello habían contribuido las guerras de religión, que devastaron la región y destruyeron casas, molinos, caminos, iglesias, etc. Basta pensar que, de las 190 iglesias de la zona, 120 quedaron inutilizables. Como sucede habitualmente, con la guerra vino la pobreza. Y la familia de Benedicta Rencurel, la niña a quien la Santísima Virgen se apareció, era realmente pobre. A los diecisiete años de edad se dedicaba a cuidar los animales de una vecina, no sabía leer ni escribir. Era muy simple y vivía cerca de la aldea.
Mayo de 1664
En mayo de 1664 estaba cuidando el rebaño, cuando vio en el prado a una Señora con su hijo. Le hizo una pregunta, pero no obtuvo respuesta. Dijo aún otras cosas, pero no consiguió hacerla hablar. No se incomodó mucho, pues se sentía bien en su compañía. Al día siguiente, allí estaba la misma Señora. Nuevo intento de iniciar una conversación, y nada. Esto continuó así por un par de meses, pero Benedicta no se desanimó. Al final la Virgen empezó a hablarle. Durante más dos meses, Ella le enseñaba diariamente a Benedicta a rezar, a ser paciente, a desapegarse de las cosas, etc.
El día 29 de agosto, la Santísima Virgen le dijo que por cierto tiempo no la vendría a ver; Benedicta quedó desolada, no sabía qué hacer. Como un mes después vio una luz brillante en una colina opuesta a la que se encontraba y fue hacia allá. Al encontrar a la Virgen María, se le quejó por haberse ausentado tanto tiempo; actitud impertinente, aunque hasta cierto punto comprensible en una joven pastora. No obstante, la Santísima Virgen le respondió con suavidad: “Cuando quieras verme, de aquí en adelante, podrás hacerlo en la capilla que está en Laus, donde huele bien”.
La frase puede parecer exótica, pues nada más normal que reconocer una capilla por el hecho de que “huela bien”. Sucede que, a pesar de que Laus quedaba cerca del prado donde Benedicta apacentaba el rebaño, ella nunca había ido allá, porque el camino era de difícil acceso. Además la capilla local no era espaciosa y se parecía a una casa como las demás.

La capilla que huele bien
Al día siguiente Benedicta fue a Laus. En el sentido más literal de la palabra, como buena campesina, olía de casa en casa para descubrir la tal capilla. Las casas no quedaban una al lado de la otra, y al aproximarse de una última construcción, notó que allí de hecho olía bien.
Al entrar vio sobre el altar a la Señora, y esta le dijo que había hecho bien, al ser paciente y buscar la capilla. El altar estaba cubierto de polvo, y Benedicta ofreció su delantal para que la Virgen pisara sobre él. Ella se lo agradeció, pero no aceptó, añadiendo: “En poco tiempo nada faltará, y habrá manteles para el altar, velas y otros ornamentos. Quiero que se construya aquí una iglesia en honra de mi Hijo. Muchos pecadores y pecadoras aquí se convertirán”.
En un lugar tan pequeño las noticias del acontecimiento corrieron rápidamente. Pero muchas personas no le dieron crédito y las autoridades ordenaron una investigación para constatar qué había de cierto en lo que Benedicta estaba contando.
Comienza la investigación.
En septiembre de 1665 comenzó la investigación. Los miembros de la comisión, sacerdotes experimentados, dudaron inicialmente de Benedicta. Le hacían todo tipo de preguntas capciosas, pero ella respondía correctamente. El quinto día ocurrió un milagro: Catalina Vial, una niña de la localidad, inválida de ambas piernas, se levantó y fue caminando hasta la capilla a la hora de la misa. Ante un hecho tan evidente, el resultado de la investigación fue favorable. El paso siguiente fue ampliar la capilla, o mejor, construir una nueva iglesia, conforme al pedido de la Virgen. En la capilla sólo cabían treinta personas, lo que se agravaba con la llegada de peregrinos de otras localidades.
La Virgen aparece a Benedicta Rencurel
Después del comienzo de las peregrinaciones, hay narraciones de numerosas curaciones espirituales y morales.
Como la región era pobre, para construir la nueva iglesia no se contaba con recursos. De modo que se estableció la costumbre de que cada uno que fuese en peregrinación llevaría una piedra. Así, con poco dinero y buena voluntad, acabaron haciendo todo. La sensatez de las personas de campo las llevó a no demoler la pequeña capilla para hacer la iglesia, haciendo que esta englobara a aquella.
Así como Benedicta reconoció por el perfume dónde estaba la capilla, hubo después numerosas oportunidades en que grupos de personas sentían un perfume desconocido. Por ejemplo, en 1690, del 24 de marzo hasta el fin de mayo, las personas lo sentían, siendo que las flores habían sido prohibidas en la iglesia, justamente para evitar confusiones.
Prueba y recompensa
Pero no pensemos que todo corrió siempre bien para Benedicta Rencurel. En julio de 1692 estalló una guerra y el ejército del duque de Saboya devastó la región. Benedicta, como la mayoría de la población, huyó durante cierto tiempo. Al regresar, todo estaba damnificado. Peor aún, dos de los buenos sacerdotes que cuidaban de la nueva iglesia habían muerto. El obispo de Gap nombró a dos nuevos presbíteros, pero estos eran contrarios a las peregrinaciones. Hasta llegaron a prohibir durante quince años que Benedicta hablara con los peregrinos, quienes sólo podían asistir a la misa dominical. Como si fuera poco, se desató una epidemia de falsas apariciones en la región, cada una más ridícula que la otra, así como las controvertidas apariciones que hoy en día pretenden desplazar a las tradicionales. El desprestigio cayó también sobre Benedicta. Al final ella superó todas esas pruebas, y la calma y el orden volvieron a reinar.
Benedicta vivió 71 años; murió el 28 de diciembre de 1718 en olor de santidad. El día 23 de mayo de 1855 tuvo lugar la solemne coronación de la imagen, realizada por el cardenal Donnet, arzobispo de Burdeos, con la presencia de otros seis obispos, 600 sacerdotes y 40,000 fieles. Las apariciones fueron aprobadas oficialmente por la Santa Sede el año 2008.
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CÓMO SOLICITAR LA RELIQUIA EN PEREGRINACIÓN
COMUNICADO DE LA POSTULAZIONE
| 10/01/2022 | Se han registrado varias denuncias de reliquias del beato Carlos Acutis que no cumplen con los requisitos canónicos ni con la Instrucción de la Congregación para las Causas de los Santos sobre “Las reliquias en la Iglesia: autenticidad y conservación”, del 16 de diciembre de 2017. En particular, reiteramos que para que las reliquias sean auténticas deben llevar un sello de cera y un documento de autentificación con la firma del Postulador. Hay que asegurarse de que no han sido manipuladas o falsificadas. Nadie más está autorizado a autentificar las reliquias de Carlos Acutis, haciendo una excepción del Obispo de Asís. Además, le recordamos que las reliquias se conceden gratuitamente, sin ninguna cantidad de dinero a cambio. Por ello, invitamos a los pastores de la Iglesia a estar atentos al fenómeno de las falsas reliquias, y pedimos la colaboración de sacerdotes, religiosos y laicos para denunciar los casos de fraude o abuso a la Postulación. Agradecemos a todos los que nos ayuden a frenar un fenómeno tan desafortunado. Dr.Nicola Gori Postulatore della Causa. |

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