Un camino de Fe

Legion de Maria, María, Mariología

Nuestra Señora del Silencio, Patrona de los Sordomudos

La Virgen del Silencio, porque lo guardó siempre. No se sabe nada de su infancia ni de su juventud. Porque no existen documentos y, los evangelistas cuentan muy poco.

5 de junio

María vivía en su silencio; cumplió su misión, hizo todo lo que debía, habló poco, casi nada. Debió ser una niña y una muchacha corriente, humilde y sencilla, trabajadora y obediente, sin destacar ni sobresalir en nada, recogida en su hogar y realizando sus obligaciones diarias.

 

Recibió en silencio el anuncio personal del sorpresivo misterio de la Encarnación. No lo dijo a nadie, ni siquiera a su esposo, aunque para él fuera un asunto de importancia, ante lo que se vería comprometido y carcomido por las dudas, por la posible infidelidad y el descrédito, que podría incluso culminar en la humillante prueba del divorcio; y, como “era un hombre justo, no quería denunciarla y resolvió dejarla ocultamente” (Mt 1,19), meditó sobre la situación y decidió ausentarse, para que todas las críticas recayeran sobre él por haberla abandonado.

La Virgen guardó en silencio su embarazo, no dijo a las betlemitas que el que iba a dar a luz era nada menos que el Mesías. Amigos y vecinos la habrían felicitado; todos le hubieran dado entonces el mejor cobijo en sus humildes casas y sus parabienes. No sabemos nada de su vida en Nazaret. Aunque el no saber nada es saberlo todo. Es saber que era la hija, la esposa y la madre ideal, al servicio constante de sus deudos y familia, la perfecta madre y mujer de su casa, ocupada en sus deberes y entregada a su familia.

HISTORIA

En 1615 se puso en el nicho un retablo de la virgen con el niño durmiendo a sus pies y a su lado estaba san José y san Juan con un gesto rogando silencio.
El barrio entero acogió de buena gana la imagen de esta virgen, que la bautizaron como la virgen del silencio.
Años mas tarde alguien destruyo esta imagen y el hijo de este matrimonio decidió colocar una nueva imagen en el mismo lugar.

Una joven criada de unos famosos actores, se caso por aquel tiempo con un buhonero.

Catalina, que así se llamaba la joven, acompañaba a su marido a todos los lugares, hasta que un día contrajo una enfermedad que la dejo tullida.

Catalina tuvo que quedarse en Madrid, y mendigar por sus calles para poder subsistir.

Paseaba por las calles con sus muletas y dormía debajo de esta virgen que veneraba.
Tanta era su veneración que decidió comenzar una novena, al termino de esta, se quedo dormida a los pies de la virgen.
Cuando despertó no podía creerlo, estaba totalmente curada.

Las muletas se quedaron colgadas en la pared como testimonio del milagro.

La noticia corrió por el bario y fueron muchas las personas que peregrinaban a este lugar, incluso acudieron nobles como la Condesa de Chichón que también salió curada de sus dolencias.

Un año mas tarde los vecinos pidieron que se trasladase la imagen a la parroquia de San Sebastián, para que tuviera un digno entorno.

Enviaron un escrito a las autoridades con firmas de Juan Ruiz de Alarcón y Lope de Vega.

Años mas tarde se fundó una congregación donde solo podían ingresar cómicos que actuaban en Madrid y su comarca.

Su patrona era la virgen del silencio. Así paso a ser la patrona de los cómicos.

Pero hay otra historia paralela.

El nombre de la imagen se debe al padre de uno de los sacerdotes sordos que trabajaban en Madrid en tiempo anterior a la creación de la Parroquia.

Según él, y hace mucho tiempo, junto a la devoción a las Vírgenes de La Almudena y de La Paloma hubo también en Madrid una gran devoción a un cuadro de la Virgen conocido como «Ntra. Sra. del Silencio».

Y no se le ocurrió a esta persona mejor advocación para la parroquia de los sordos de Madrid que la de esa antigua devoción Mariana hoy desaparecida.

Una vez decidida la advocación de la Virgen se pensó en su imagen.

La idea de su talla fue de una de las personas sordas que ya frecuentaban el Centro Diocesano de Pastoral del Sordo que hizo el primer y definitivo diseño de la misma.

La Virgen, sobre su brazo derecho y apoyado en su hombro, sostiene a Jesús Niño que parece querer hablar.
Mientras Ella, con su dedo índice izquierdo cruzado en la boca, hace ademán de pedir silencio.
Recordándonos así que para escuchar la voz de su Hijo es necesario un «silencio interior».
Semejante al de María, según nos cuenta el Evangelio de S. Lucas (Lc. 2, 51) que nos dice como «María conservaba todas estas cosas meditándolas en su corazón».

La imagen, de cuerpo entero apoyada en una especie de bola del mundo, y en madera de pino, fue tallada en los talleres del Apostolado Litúrgico, en la calle de Bordadores, de Madrid.

Fue entronizada en la capilla del Centro Diocesano de Pastoral del Sordo de Madrid, y bendecida por el obispo auxiliar de Madrid, D. Ramón Echarren Isturiz, el 13 de mayo de 1971.

Virgen María Santísima, Nuestra Señora del Silencio. Tus silencios son tus mejores enseñanzas, son silencios que gritan que se clavan dentro. Enséñanos a saber callar. Vivimos en unos momen­tos, en que todos quieren hablar, gritar y perorar. Discursos, mítines, sermones, congresos, manifestaciones, movidas. Los medios de comunicación nos abruman, nos atropellan, invaden y destrozan nuestra vida privada. Todos hablan; quieren intervenir todos; que se oigan nuestras voces. Se vive en la locura que produce en el hombre un vacío penoso, una catástrofe personal irreparable y una degradación social desquiciadora de valores imprescindibles y solidarios. Enséñame a callar, “oh Virgen del Silencio”, pues el que mejor habla es el que mejor calla. Enséñanos a meditar todas las cosas en lo más profundo de nuestro corazón, como hacías tú. Tú fuiste inscrita en la reflexión, en la calma, en la paz de la contemplación, en la quietud de la oración; entre los “taciturnos del reino”, entre los grandes maestros del silencio. No has pasado a la historia por tus proclamas sociopolíticas, por tus discursos grandilocuen­tes, porque movilizaras a las masas; has sido y eres conocida justamente por tu gran cautela, por tus impresionantes y sobrecogedores silencios, por tu prudencia, sobriedad y parquedad que dicen y nos enseñan mucho más que tanta verborrea y palabrería vacua y sin profundi­dad, sin fondo, como hemos de soportar y, forzados, atender.

Sepamos hablar con el ejemplo de nuestra vida, con el gesto silencioso, que hace en cada momento simplemente lo que hay que hacer, sin alardes, sin aclamaciones, sin voceríos, pues la razón y la perfección no están en los que gritan, sino en los que cumplen silenciosamente con el deber diario, y cumplen la voluntad del Padre.

El gran acontecimiento de la historia humana, la Encarnación del Verbo, se efectuó en el más absoluto de los silencios, en un profundo sosiego del alma entroncada en Dios.

ORACIÓN A MADRE DEL SILENCIO

(Compuesta en 1972 por dos personas sordas)

Tú que oyes nuestras voces, aunque no hablemos, pues comprendes en el movimiento de nuestras manos el lenguaje de nuestros corazones.
No te pedimos, Señora, que nos des la voz y el oído para nuestros cuerpos, sino que nos concedas entender la Palabra de tu Hijo, y llegar a Él con amor, para la salvación de nuestras almas.
Queremos amar nuestro silencio para evitar la calumnia, el odio y el pecado y, callando, dar testimonio de nuestra Fe.
Queremos ofrecerte el silencio en que vivimos para que todos te llamemos Madre y seamos verdaderos hermanos, sin odios, ni rencores, como hijos tuyos.
Te rogamos traduzcas nuestro arrepentimiento ante tu divino Hijo, en la hora de la muerte, para que en la otra vida podamos oír y hablar cantando tu alabanza por toda la eternidad.
Amén.

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CÓMO SOLICITAR LA RELIQUIA EN PEREGRINACIÓN

COMUNICADO DE LA POSTULAZIONE

10/01/2022   
Se han registrado varias denuncias de reliquias del beato Carlos Acutis que no cumplen con los requisitos canónicos ni con la Instrucción de la Congregación para las Causas de los Santos sobre “Las reliquias en la Iglesia: autenticidad y conservación”, del 16 de diciembre de 2017.
En particular, reiteramos que para que las reliquias sean auténticas deben llevar un sello de cera y un documento de autentificación con la firma del Postulador. Hay que asegurarse de que no han sido manipuladas o falsificadas.
Nadie más está autorizado a autentificar las reliquias de Carlos Acutis, haciendo una excepción del Obispo de Asís.
Además, le recordamos que las reliquias se conceden gratuitamente, sin ninguna cantidad de dinero a cambio.
Por ello, invitamos a los pastores de la Iglesia a estar atentos al fenómeno de las falsas reliquias, y pedimos la colaboración de sacerdotes, religiosos y laicos para denunciar los casos de fraude o abuso a la Postulación.
Agradecemos a todos los que nos ayuden a frenar un fenómeno tan desafortunado.
 

Dr.Nicola Gori
Postulatore della Causa.

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¡Viva María!

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