Un camino de Fe

Evangelio del día

Reflexión al Evangelio de Hoy VIERNES 16 de junio.

«Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso»

VIERNES 16  DE JUNIO 
Sagrado Corazón de Jesús

Dios todopoderoso, concede a quienes nos gloriamos en el Corazón de tu amado Hijo que, al recordar la grandeza de los beneficios de su amor, podamos recibir de este manantial gracias cada vez más abundantes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos. Amén

R/. Aleluya, aleluya, aleluya

«Tomen mi yugo sobre ustedes – dice el Señor-, y aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón» (Mateo 11, 29ab).

R/. Aleluya, aleluya, aleluya

Evangelio

Lectura del santo evangelio según SAN MATEO

Mateo 11 ,25-30

En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

»Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

P/ Palabra del Señor
R/ Gloria a ti, Señor Jesús

MEDITACIÓN

PALABRAS DEL SANTO PADRE

Jesús alaba al Padre porque favorece a los pequeños. Es lo que Él mismo experimenta predicando en los pueblos: los “sabios” y los “inteligentes” permanecen desconfiados y cerrados, hacen cálculos; mientras que los “pequeños” se abren y acogen el mensaje. Esto solo puede ser voluntad del Padre, y Jesús se alegra. También nosotros debemos alegrarnos y alabar a Dios porque las personas humildes y sencillas acogen el Evangelio. Yo me alegro cuando veo esta gente sencilla, esta gente humilde que va en peregrinación, que va a rezar, que canta, que alaba, gente a la cual quizá le faltan muchas cosas pero la humildad les lleva a alabar a Dios. En el futuro del mundo y en las esperanzas de la Iglesia están siempre los “pequeños”: aquellos que no se consideran mejores que los otros, que son conscientes de los propios límites y de los propios pecados, que no quieren dominar sobre los otros, que, en Dios Padre, se reconocen todos hermanos. Por lo tanto, en ese momento de aparente fracaso, donde todo está oscuro, Jesús reza alabando al Padre. Y su oración nos conduce también a nosotros, lectores del Evangelio, a juzgar de forma diferente nuestras derrotas personales, las situaciones en las que no vemos clara la presencia y la acción de Dios, cuando parece que el mal prevalece y no hay forma de detenerlo. Jesús, que también recomendó mucho la oración de súplica, precisamente en el momento en el que habría tenido motivo de pedir explicaciones al Padre, sin embargo lo alaba. Parece una contradicción, pero está ahí, la verdad. (Audiencia General, 13 enero 2021)

SS Francisco
https://atomic-temporary-157745810.wpcomstaging.com/2023/06/09/oraciones-para-consagrarse-al-sagrado-corazon-de-jesus/

“Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio.

Encontramos en cuanto al contenido, en primer lugar, que se lo identifica al Padre de Jesús con Dios y que es soberano: “Señor del cielo y de la tierra”, y a Jesús se lo sitúa en igualdad con Dios, porque llama a Dios de modo muy cercano y familiar: “Padre”. Esto nos enseña poder alabar sobre todo a Dios, ya que Él es Todopoderoso. Tantos motivos para alabarlo y glorificarlo por las maravillas de las que somos testigos y con las que somos favorecidos a lo largo de nuestras vidas. Más que nunca alabemos y ensalcemos el nombre de Dios Padre, quien nos trata como a sus hijos muy queridos.

En segundo lugar, el ocultamiento de la revelación del Padre a los sabios e inteligentes, en contraste con los pequeños o niños, a quienes va dirigida dicha revelación. El Padre es el sujeto activo que oculta o esconde estas cosas a los sabios e inteligentes y las revela o manifiesta a los niños o pequeños. Los sumos sacerdotes y los escribas, son quienes se indignan ante los prodigios de Jesús y la aclamación de los niños o pequeños. Y le dicen a Jesús: “¿Oyes lo que dicen estos?”. “Sí, respondió Jesús, ¿Pero nunca han leído este pasaje: «De la boca de las criaturas y de los niños de pecho, has hecho brotar una alabanza»?”(Mt 21,16);“por sabios y prudentes se entiende a quienes destacan por su conocimiento particularmente profundo de las Escrituras y por la observancia de las prescripciones divinas, esto es, a los escribas y maestros de la Ley, pero también a algunos fariseos”. Entonces no se le tenía en cuenta a otra categoría de gente entre los miembros del pueblo de Israel. En tercer lugar, El Hijo le revela al Padre, distinguiendo ese conocimiento a los sencillos o

pequeños; tanto es así que los sabios y prudentes de este mundo (personas que tienen más preparación intelectual y no se abren a la Gracia) no la tomarán en consideración, mientras que los ignorantes, simples o pequeños la aceptarán. Personas que no son soberbias, orgullosas, autosuficientes, que se centran en sus facultades humanas y la posesión de bienes materiales. Incluso los pequeños hacían referencia también a los pobres y a los ignorantes de esa época, quienes eran menospreciados por los más religiosos como los fariseos o escribas. “El secreto de la verdadera grandeza está en hacerse como niño, tal es la verdadera humildad, sin la cual no se puede ser hijo del Padre celestial. Los verdaderos discípulos son precisamente los pequeñuelos a quienes el Padre ha tenido a bien revelar sus secretos ocultos a los ´sabios`. Lo llama bienaventurado a quien acoja a estos pequeñuelos” (Beato E. ANGELELLI, 4/8/1974).

Por tanto, el Padre tiene predilección por los hombres que ante el mundo nada o poco significan (cf. 1Cor 1,26-29) y ha elegido darse a conocer preferencialmente a ellos. Sólo Jesús puede darnos a conocer al Padre y sólo el Padre puede darnos a conocer a Jesús. La fe es un don, un regalo maravilloso. Y sólo Jesús puede hacernos este regalo, esta revelación que nos permite conocer el amor del Padre y del Hijo. Y se trata aquí de un “conocimiento” en sentido bíblico, es decir, comunión, relación, vínculo personal. Y lo reciben los que se vuelven discípulos, esto es, aprendices, alumnos que reconocen que tienen que ser enseñados. Los que piensan que ya conocen y saben todo de y sobre Dios, los sabios e inteligentes, no pueden llegar a conocerlo de verdad.

Tengo presente a varias personas que realmente siempre fueron tan pequeñas y, sin embargo, estaban llenas de Dios. Recuerdo a una señora de una ciudad vecina a Asunción, quien a pesar de tantas limitaciones económicas y con escasa instrucción, pudo comprender la voz de Dios en sus sueños y en la experiencia cotidiana. Desde su pobreza siempre me llevó la comida durante 6 años y ayudó a tantas personas muy pobres (lo sigue haciendo hasta hoy día), luego de que Dios le dijera en quiénes Él está. También mi abuelita, a quien siempre una Doncella la visitaba en sueños y le indicaba qué tenía que hacer para las personas que llegarían al día siguiente junto a ella buscando sanación. Luego de muchos años mi padre la llevó a un templo y vio a la Virgen, y empezó a bailar diciendo que era la Doncella que venía siempre en sus sueños. Dios siempre visita a su Pueblo, visita a sus hijos, nunca nos abandona y desampara. Lo único que nos pide es que seamos pequeños.

El “yugo” era la pieza de madera que se colocaba sobre el cuello de los bueyes para sujetarlos al carro o al arado (hasta hoy día así se usa en muchas partes); pero en el Antiguo Testamento se utiliza simbólicamente esta expresión para describir la autoridad o las normas a las que una persona está sujeta (cf. Lam 3,27); o el aprendizaje de la sabiduría para vivir según sus consejos (cf. Eclo 40,1; 51,26). También, en el judaísmo de entonces las expresiones cargar el “yugo de la ley” o “yugo de la Torá” eran comunes para referirse al aprendizaje y cumplimiento de los mandamientos y leyes de Dios. Hay una frase de san Pedro en los Hechos de los Apóstoles dirigida contra los fariseos judaizantes que puede ayudarnos a entender lo que significa aquí llevar el “yugo”: “¿Por qué ahora ustedes tientan a Dios, pretendiendo imponer a los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros pudimos soportar?” (Hech 15,10). Por tanto, en la frase de Jesús se supone que el yugo de la Ley producía personas cansadas y agobiadas. Se pretendía agradar a Dios cumpliendo fielmente y al pie de la letra toda la legislación del Antiguo Testamento, lo que llevaba a creer que la santificación del ser humano dependía del cumplimiento de esos mandatos y, por tanto, de los méritos de la persona humana (y no como un don o regalo de Dios). Pero como no podían cumplir exactamente todas las prescripciones, les llevaban a tener sentimientos de fracaso y de angustia, y por sentirse culpables hacía que la carga sea muy pesada de llevar. Jesús se describe a sí mismo con los adjetivos “manso” y “humilde”. El primero aparece en la segunda bienaventuranza (Mt 5,5) y en la cita de Zac 9,9 referida a Jesús para presentarlo como rey Mesías humilde-manso en su ingreso a Jerusalén (cf. Mt 21,5). Es la obediencia filial que vivió Jesús como Hijo manso y humilde lo que estamos invitados a vivir. En Mt 23,4 Jesús recrimina a los escribas y fariseos porque “atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo”.Quien conoce al Padre, al Padre amoroso, por medio de Jesús, se vuelve también hijo como Él. Y entonces ya no se trata del cumplimiento de una ley externa, de un yugo de esclavos como dirá San Pablo (cf. Gál 5,1), sino de una dulce obediencia filial. Será la actitud de buscar devolver algo al Padre de quien hemos recibido “todo”, como lo recibió Jesús mismo.

En síntesis, si relacionamos esta última frase de Jesús con las anteriores, se refuerza la contraposición entre la enseñanza de Jesús con la de los escribas y fariseos, los sabios y prudentes, quienes atan pesadas cargas sobre los demás y ellos no las llevan. En cambio, Jesús se muestra como un maestro manso y humilde que conduce con su enseñanza al descanso del Reino del Padre; y que pone en práctica lo que enseña. Esto es lo que hay que aprender de Él. San Agustín, con su clásica brevedad y profundidad dijo: “Por duro que sea lo que se nos impone, el amor lo hace ligero” (Sermo 96,1).

Esta solemnidad invita a que todos quienes se esfuerzan en el trabajo corporal o espiritual se puedan acercar a Él (cf. Mt 11,28), también a los cansados y agobiados, por estar arduamente cumpliendo los preceptos (cf. Mt 11,29-30). Ellos tenían 613 entre preceptos y mandatos, y les resultaba pesado, les cansaba mucho por la rigidez en el planteo del cumplimiento de dichos preceptos. Llama a todos los que estén angustiados y oprimidos por algún pesar, a quienes sufren dolor y miseria, a los que padecen enfermedad y aparente desgracia, les promete consuelo y alivio para todas esas penas. Jesús nos dice: “aprendan de mí”, por ello, dejémonos instruir por Él, que nos enseñe, que nos hable con su Palabra, así como enseñó a sus discípulos. Entremos al Corazón de Jesús, donde encontraremos paz, tranquilidad, descanso, reposo, seguridad y certeza de que Él está vivo. Recordemos que su Corazón es la Eucaristía, acerquémonos a penetrar en el misterio de la Eucaristía, el Corazón vivo, que late y late de Amor por la salvación del mundo. En la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús renovamos en nosotros, los sacerdotes, el compromiso asumido el día de nuestra ordenación sacerdotal. Habíamos prometido a Dios, ante su Iglesia, que nos entregaríamos al ministerio sacerdotal procurando nuestra santificación y la salvación de las almas que nos fueran encomendadas. Oren por nosotros, a quienes el Señor, pasando por encima de nuestras limitaciones y debilidades, ha constituido ministros de su Palabra y de su Gracia para la salvación del mundo

https://atomic-temporary-157745810.wpcomstaging.com/2023/06/08/corpus-christi-fiesta-de-dios/

Pensamientos para el Evangelio de hoy

  • «El Señor crucificado es un testimonio insuperable de amor paciente y de humilde mansedumbre» (San Juan Pablo II)
  • «Sólo contemplando la humanidad sufriente de Jesús podemos hacernos mansos, humildes, tiernos como Él. No hay otro camino» (Francisco)
  • «(…) El sagrado Corazón de Jesús, traspasado por nuestros pecados y para nuestra salvación, es considerado como el principal indicador y símbolo del amor con que el divino Redentor ama continuamente al eterno Padre y a todos los hombres» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 478)

https://atomic-temporary-157745810.wpcomstaging.com/2023/03/14/coronilla-por-las-almas-sacerdotales-y-religiosas-2/
https://atomic-temporary-157745810.wpcomstaging.com/2023/06/02/las-reliquias-de-los-santos-en-el-culto-catolico/

ORIENTACIÓN PARA SOLICITAR LA PEREGRINACIÓN DE LAS RELIQUIA EN 1ER GRADO DEL BEATO CARLO ACUTIS

Escríbenos a: contactounpasoaldia@gmail.com

Si quieres Donar para que sigamos creando y creciendo. Abundantes Gracias y Bendiciones

https://www.paypal.com/donate/?hosted_button_id=STYYR9CCBWKUC

DESCARGA, IMPRIME Y COMPARTE

¡Viva María!

Deja un comentario