“Les daré otro corazón e infundiré en ellos un espíritu nuevo: les arrancaré el corazón de piedra y les daré un corazón de carne”
“Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios”
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús tiene por objeto el Corazón de Jesucristo y el amor inmenso en que se abraza por nosotros. Tiene por fin devolverle amor por amor, darle gracias por sus beneficios y reparar los ultrajes que no cesa de recibir.

“Nuestro corazón es tan pequeño, que no caben en él dos amores; y habiendo sido creado sólo para el divino, no puede tener descanso cuando se halla con otro.”
¿Cómo es el corazón de Jesús?
Jesús mismo lo dio a conocer en una revelación privada a santa María Margarita Alacoque, durante la cual Él se descubrió el pecho y mostró Su Corazón incendiado, coronado de espinas y con una cruz.
El corazón
Aunque en la Biblia el corazón no se considera sede del afecto, sino de la inteligencia y voluntad, Jesús condescendió a darle el sentido que le damos nosotros, como sede del amor. Mostrándonos Su Corazón quiso mostrarnos Su amor. ¿Cómo nos ama Jesús? Él mismo nos lo hace saber en el Evangelio según san Juan: “Como el Padre me ama, así los amo Yo.” (Jn 15, 9).
¡No podemos siquiera imaginar cómo ama Dios Padre a Dios Hijo! Es un amor que rebasa todo lo que podamos pensar, un amor eterno, total, incondicional. Saber que así nos ama Jesús a nosotros, miserables pecadores, a pesar de nuestras fallas y traiciones, es profundamente consolador, pero en esta jaculatoria estamos pidiendo ¿amar nosotros así! Es ¡muy comprometedor! Significa amar siempre, amar a todos incondicionalmente, es decir nada de poner en letras chiquitas: ‘aplican restricciones’, ni solicitar que se nos permitan algunas excepciones (por ejemplo no tener que amar a quien nos cae mal o a quien nos ha hecho daño). Por nosotros mismos resulta imposible. Por eso pidamos que el Señor nos dé Su gracia para abrir nuestro corazón para ser capaces de recibir y compartir Su amor.
El fuego
Vemos también que ese Corazón al que pedimos imitar, está permanentemente en llamas. Eso significa que no podemos conformarnos con amar a la humanidad teóricamente, y en la práctica salir a hablar mal, desear el mal, insultar, chismear. Significa que no podemos amar con un amor platónico que guardamos en lo oscurito de nuestro corazón, sino que nuestro amor ha de ser como fuego que alumbre e incendie los corazones de quienes vean que somos capaces de amar a propios y extraños, y se sientan intrigados y atraídos hacia la luz que irradiamos, que no es nuestra, sino de Jesús.
La corona de espinas
El corazón está rodeado de espinas, es un corazón que sufre. Jesús asumió nuestro sufrimiento hasta las últimas consecuencias, y le dio un sentido redentor. Gracias a ello, cuando sufrimos, podemos unir nuestro sufrimiento al Suyo y hallarle sentido, convertirlo en medio de purificación y camino de salvación.
Por otra parte, cabe que recordemos: ¿cuándo coronaron de espinas Jesús? Después de flagelarlo, es decir, ya que tenía 120 heridas en todo el cuerpo a causa de los 3 flagelos con que lo golpearon 40 veces. Sufría terriblemente y sabiendo que le iban a clavar 50 espinas en la cabeza, ¡no hizo nada para impedirlo! No es poca cosa pedir a Jesús que haga nuestro corazón como el Suyo, implica pedirle que cuando permita que suframos, nos ayude para aceptarlo como Él, con total mansedumbre y serenidad, unir nuestro dolor al Suyo y ni en la peor circunstancia desesperar ni dejar de amar.
La cruz
Del corazón de Jesús sobresale la cruz, que no es, como creen algunos, sólo un instrumento de tortura, recuerdo de Su fracaso por morir crucificado, sino señal de Su gloria, de Su victoria, recordatorio de que nos ama tanto que se hizo Hombre por nosotros y dio Su vida para redimirnos del pecado y rescatarnos de la muerte; un recordatorio de que no se quedó crucificado, sino que resucitó y vive. Pedirle que haga nuestro corazón como el Suyo es pedirle que apuntale nuestro corazón con Su cruz, para mantenerlo firme en la certeza de que ni el mal ni el dolor ni la muerte tienen la última palabra, y que así como Él los venció, unidos a Él los venceremos nosotros.
Confiados, pues, en Su gracia, pidámosle siempre, no sólo en junio:
“¡Sagrado Corazón de Jesús, haz mi corazón, semejante al Tuyo!”

LETANÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Señor, misericordia.
Jesucristo, misericordia.
Señor, misericordia.
Jesucristo, óyenos.
Jesucristo, escúchanos.
Dios Padre celestial,
Ten piedad de nosotros
Dios Hijo, Redentor del mundo,
Dios Espíritu Santo,
Santísima Trinidad un solo Dios,
Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre,
Corazón de Jesús, Formado por el Espíritu Santo en el Seno de María
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo,
Corazón de Jesús, de Majestad infinita
Corazón de Jesús, santo Templo de Dios
Corazón de Jesús, Tabernáculo del Altísimo
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del Cielo
Corazón de Jesús, horno de encendido amor
Corazón de Jesús, receptáculo de la justicia y amor
Corazón de Jesús, lleno de bondad y amor
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes
Corazón de Jesús, dignísimo de toda alabanza
Corazón de Jesús, Rey y centro de toda alabanza
Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros de sabiduría y ciencia
Corazón de Jesús, en quien habita la plenitud de la Divinidad
Corazón de Jesús, en quien el Padre se ha complacido
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido
Corazón de Jesús deseo de los collados eternos
Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia
Corazón de Jesús, rico para todos los que lo invocan
Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad
Corazón de Jesús, propiciación de nuestros pecados
Corazón de Jesús, saturado de oprobios
Corazón de Jesús, oprimido por nuestras maldades
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte
Corazón de Jesús, traspasado por la lanza
Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo,
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra
Corazón de Jesús, víctima de los pecadores
Corazón de Jesús, salvación de los que esperan en Ti
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.
Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Ten misericordia de nosotros.
Jesús Manso y humilde de corazón,
Haz nuestro corazón semejante al tuyo
Oración:
Omnipotente y sempiterno Dios, mira al Corazón de tu muy amado Hijo y a las alabanzas y satisfacciones que te tributa en nombre de los pecadores; concede benigno el perdón a los que invocamos tu misericordia, en el nombre del mismo Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en unión del Espíritu Santo Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.

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