Un camino de Fe

SANTORAL, Santos

SS. JOAQUÍN Y ANA, PADRES DE LA B. V. MARÍA

El protoevangelio de Santiago cuenta que los vecinos de Joaquín se burlaban de él porque no tenía hijos. Entonces, el santo se retiró cuarenta días al desierto a orar y ayunar, en tanto que Ana (cuyo nombre significa Gracia) “se quejaba en dos quejas y se lamentaba en dos lamentaciones”.

Un ángel se le apareció y le dijo: “Ana, el Señor ha escuchado tu oración: concebirás y darás a luz. Del fruto de tu vientre se hablará en todo el mundo”. A su debido tiempo nació María, quien sería la Madre de Dios. Esta narración se parece mucho a la de la concepción y el nacimiento de Samuel, cuya madre se llamaba también Ana ( I Reyes, I ). Los primeros Padres de la Iglesia oriental veían en ello un paralelismo. En realidad, se puede hablar de paralelismo entre la narración de la concepción de Samuel y la de Juan Bautista, pero en el caso presente la semejanza es tal, que se trata claramente de una imitación.

Cada 26 de julio la Iglesia Católica celebra la fiesta de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Santísima Virgen María y abuelos del Señor Jesús. La tradición nos ayuda de esta manera a recordar la importancia de la ‘familia grande’ (abuelos, tíos, primos, etc.).

La responsabilidad de ser padres

Joaquín y Ana -santos patronos de los abuelos- fueron personas de profunda fe y confianza en las promesas de Dios. Ambos educaron a la Virgen María en la fe del pueblo de Israel, alimentando en Ella el amor hacia el Creador y contribuyendo de manera singular a que nuestra Madre estuviera lista para su singular vocación.

Es a través de sus padres como María se suma a esa porción del pueblo escogido que espera la llegada del Salvador de la humanidad, el Mesías.

El inmenso don de ser abuelos

El Papa Benedicto XVI, un día como hoy pero del año 2009, resaltaba a través de las figuras de San Joaquín y Santa Ana cuál era la importancia de los abuelos dentro de la familia, especialmente en el aspecto educativo. Decía que los abuelos “son depositarios y con frecuencia testimonio de los valores fundamentales de la vida”.

Joaquín (significa Yahweh prepara).

Una antigua tradición, que arranca del siglo II, atribuye los nombres San Joaquín y Santa Ana a los padres de la Santísima Virgen María. El culto a santa Ana se introdujo ya en la Iglesia oriental en el siglo VI, y pasó a la occidental en el siglo X; el culto a san Joaquín es más reciente.

No conocemos de Joaquín y Ana con certeza mas que sus nombres y el hecho de que fueron los santos padres de la Madre de Dios. Lo que relatan sobre ellos los libros apócrifos no es todo confiable y es difícil distinguir lo cierto de la leyenda.

San Joaquín era venerado por los griegos desde muy temprano. Es el santo patrón de numerosos pueblos en Hispanoamérica, España y las Filipinas. Su festividad, junto a la de su esposa Santa Ana, se celebra el 26 de julio, tras la reforma del calendario litúrgico. Ellos son los patrones de los abuelos.

Grande es la dignidad de Santa Ana por ser la Madre de la Virgen María, predestinada desde toda la eternidad para ser Madre de Dios, la santificada desde su concepción, Virgen sin mancilla y mediadora de todas las gracias. Nieto de Santa Ana fue el hijo de Dios hecho hombre, el Mesías, el Deseado de las naciones. María es el fundamento de la gloria y poder de Santa Ana a la vez que es gloria y corona de su madre.

Santa Ana

La santidad de Santa Ana es tan grande por las muchas gracias que Dios le concedió. Su nombre significa “gracia”. Dios la preparó con magníficos dones y gracias. Como las obras de Dios son perfectas, era lógico que Él la hiciese madre digna de la criatura más pura, superior en santidad a toda criatura e inferior solo a Dios.

Santa Ana tenía celo por hacer obras buenas y esforzarse en la virtud. Amaba a Dios sinceramente y se sometió a su santa voluntad en todos los sufrimientos, como fue su esterilidad por veinte años, según cuenta la tradición. Esposa y madre fue fiel cumplidora de sus deberes para con el esposo y su encantadora hija María.

Muy grande es el poder intercesor de Santa Ana. Ciertamente santa amiga de Dios, distinguida sobre todo por ser la abuela de Jesús en cuanto Hombre.

La Santísima Trinidad le concederá sus peticiones: el Padre, para quien ella gestó, cuidó y educó a su hija predilecta; el Hijo, a quien le dió madre; el Espíritu Santo, cuya esposa educó con tan gran solicitud.

Esta Santa privilegiada sobresale en mérito y gloria, cercana al Verbo encarnado y a sus Santísima Madre. Sin duda que Santa Ana tiene mucho poder ante Dios. La madre de la Reina del Cielo, que es poderosa por su intercesión y Madre de misericordia, es también llena de poder y de misericordia.

Tenemos muchos motivos para escoger a Santa Ana como nuestra intercesora ante Dios. Como abuela de Jesucristo, nuestro hermano según la carne, es también nuestra abuela y nos ama a nosotros sus nietos. Nos ama mucho porque su nieto Jesús murió por nuestra salvación y María, su hija, fue proclamada Madre nuestra bajo la Cruz. Nos ama de verdad en atención a las dos Personas que ella amó más en esta vida: a Jesús y a María. Si su amor es tan grande su intercesión no será menos. Debemos, por tanto acudir a ella con tal confianza en nuestras necesidades. No hay la menor duda de que esto agrada a Jesús y a María, quienes la amaron tan profundamente.

El culto

Cuando María cumple 3 años, para dar gracias a Dios, Joaquín y Ana la presentan en el Templo para consagrarla al servicio del mismo Templo, como habían prometido en sus oraciones. Los apócrifos no informan nada más sobre Joaquín, mientras que sobre Ana dicen que vivió hasta los 80 años de edad. Sus reliquias fueron guardadas durante mucho tiempo en Tierra Santa, luego trasladadas a Francia y enterradas en una capilla excavada bajo la catedral de Apt. Su descubrimiento e identificación serían acompañados más tarde por algunos milagros. El culto a los abuelos de Jesús se desarrolló primero en Oriente, luego en Occidente y a lo largo de los siglos la Iglesia los ha recordado en diferentes fechas. En 1481, el Papa Sixto IV introdujo la fiesta de Santa Ana en el Breviario Romano, fijando la fecha de la memoria litúrgica en el 26 de julio, transmitida como día de la muerte. En 1584, Gregorio XIII introdujo la celebración litúrgica de Santa Ana en el Misal Romano, extendiéndola a toda la Iglesia. En 1510, sin embargo, fue Julio II quien introdujo la memoria de San Joaquín en el calendario litúrgico el 20 de marzo, que fue trasladado varias veces a lo largo de los siguientes siglos. Con la reforma litúrgica que siguió al Concilio Vaticano II en 1969, los padres de María fueron “reunidos” en una sola celebración el 26 de julio.

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ORIENTACIÓN PARA SOLICITAR LA PEREGRINACIÓN DE LAS RELIQUIA EN 1ER GRADO DEL BEATO CARLO ACUTIS

COMUNICADO DE LA POSTULAZIONE

10/01/2022   
Se han registrado varias denuncias de reliquias del beato Carlos Acutis que no cumplen con los requisitos canónicos ni con la Instrucción de la Congregación para las Causas de los Santos sobre “Las reliquias en la Iglesia: autenticidad y conservación”, del 16 de diciembre de 2017.
En particular, reiteramos que para que las reliquias sean auténticas deben llevar un sello de cera y un documento de autentificación con la firma del Postulador. Hay que asegurarse de que no han sido manipuladas o falsificadas.
Nadie más está autorizado a autentificar las reliquias de Carlos Acutis, haciendo una excepción del Obispo de Asís.
Además, le recordamos que las reliquias se conceden gratuitamente, sin ninguna cantidad de dinero a cambio.
Por ello, invitamos a los pastores de la Iglesia a estar atentos al fenómeno de las falsas reliquias, y pedimos la colaboración de sacerdotes, religiosos y laicos para denunciar los casos de fraude o abuso a la Postulación.
Agradecemos a todos los que nos ayuden a frenar un fenómeno tan desafortunado.

 

Dr.Nicola Gori
Postulatore della Causa.

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