

Dios omnipotente y misericordioso, único que conoce los secretos de los corazones, que conoces al justo y puedes justificar al pecador, escucha nuestra oración por tus siervos encarcelados: dales, por la paciencia y la esperanza, alivio en sus sufrimientos, y que puedan volver pronto a sus hogares sin problemas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
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VIGESIMOCUARTA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
LUNES, 25 DE DE SEPTIEMBRE
Reflexión al Evangelio de Hoy
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS
Lc 8, 16-18
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: No se enciende una lámpara para cubrirla con un recipiente o para ponerla debajo de la cama, sino que se coloca sobre un candelero, para que los que entren vean la luz. Porque no hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado.
Presten atención y oigan bien, porque al que tiene, se le dará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que cree tener».
P/. Palabra del Señor
R/. Gloria a ti, Señor Jesús
PALABRAS DEL SANTO PADRE
¡Qué hermosa misión la de dar luz al mundo! Es una misión que tenemos nosotros. ¡Es hermosa! Es también muy bello conservar la luz que recibimos de Jesús, custodiarla, conservarla. El cristiano debería ser una persona luminosa, que lleva luz, que siempre da luz. Una luz que no es suya, sino que es el regalo de Dios, es el regalo de Jesús. Y nosotros llevamos esta luz. Si el cristiano apaga esta luz, su vida no tiene sentido: es un cristiano sólo de nombre, que no lleva la luz, una vida sin sentido. Pero yo os quisiera preguntar ahora: ¿cómo queréis vivir? ¿Como una lámpara encendida o como una lámpara apagada? ¿Encendida o apagada? ¿Cómo queréis vivir? [la gente responde: ¡Encendida!] ¡Lámpara encendida! Es precisamente Dios quien nos da esta luz y nosotros la damos a los demás. ¡Lámpara encendida! Ésta es la vocación cristiana. (Ángelus, 9 de febrero de 2014)
MEDITACIÓN
La luz tiene como esencia expandirse, alumbrar, por eso es antinatural ocultarla. Para nosotros, la luz que debe expandirse es la verdad de Cristo y su Evangelio, la verdad de la semilla del Reino que Jesús introdujo en el surco de la tierra y que se extiende y fructifica a pesar de todos los esfuerzos de aquéllos que pretendan ocultarla. Esta certeza del triunfo de la luz, esta confianza absoluta en el poder de expansión en la victoria final del Evangelio, está en el cimiento del mensaje de Jesús y de la Iglesia.
Ante la fuerza del reino que Jesús ha iluminado sobre el mundo se esclarece la verdad de la existencia de los hombres. Si se toman en sí mismas, las palabras pueden llegar a ser escandalosas: “Nada hay oculto que no llegue a descubrirse…”. Se tiene la impresión de que el hombre pierde el derecho a la intimidad, al secreto del corazón, a ese misterio que no quiere hacer patente a nadie. Este texto desvela la ambivalencia de la intimidad, que puede llegar a ser fruto de un ocultamiento egoísta o expresión de una gracia, de una vida anterior, que se abre amorosamente al otro.
Desde aquí se esclarecen las palabras de Jesús. La luz resulta ser gracia cuando penetra en el interior, lo vuelve transparente hacia los demás y lo abre hacia el misterio de la vida, la resurrección. Así no se pierde la intimidad, sino que se comparte, introduciéndose en el misterio de Cristo y mostrándose como amor hacia los demás. Aunque esa luz se condena cuando patentiza la contradicción del hombre que, debiendo estar abierto hacia la Gracia, se ha encerrado en sí mismo, convirtiéndose en un puro egoísmo, en un solo vivir para sí, para la tierra y no para el cielo.
Luego parece la frase más escandalosa de nuestro evangelio en cuestión. El mensaje de Jesús se resumía como un don que se halla abierto hacia los pobres, es decir, al que no tiene se le ofrece la plenitud del reino, y al que confía en su riqueza se le dice que se quedará vacío. Pero acá se dice: “Al que tiene se le dará, al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener”. No es tan fácil de entender esa expresión. La primera sentencia se refiere a la condición del hombre ante la Gracia: esto es, ante el don original de Dios es necesario estar vacíos, por eso la ventaja es de los pobres, de los hambrientos, los que saben su pecado y se mantienen a la espera. Es el hombre abierto ante la gracia: “El que tiene”, es decir, el que se mantiene abierto ante el don de la vida que Cristo le ofrece “recibirá más”, recibirá la plenitud del reino, lo máximo que alguien creyente puede recibir; sin embargo, “aquél que no tiene”, quien no dejó que la Gracia le penetre, perderá aún aquello que parecía tener, terminando en un profundo fracaso. Lo último refiere a la perdición definitiva, del total fracaso, de aquél que no ha vivido en el plano de la Gracia, por más que su existencia fuera rica en otros planos: en lo económico, en lo intelectual, en lo social, en un buen pasar. Por ello, llegar al fracaso total sería decepcionante, es como tener todos los recursos y no utilizarlos. Pero si aprovecha la Gracia recibida del Señor, todos recibirán sus rayos, como la luz que no puede ocultarse, se expandirá naturalmente por todas partes y todos quienes estén en torno recibirán sus beneficios.
Recordamos entonces, que nuestro Dios no es de exterioridades, no se queda sólo en los ritos o ceremonias u observancias de los mandamientos, si bien es importante cumplirlos, pero cobrará significación cuando responda a una realidad interior: “La mirada de Dios no es como la mirada del hombre, el hombre mira las apariencias, pero Yahvé mira el corazón” (1 Sam 16,7). Esa purificación del interior es obra del Espíritu Santo, es decir, cuando se abre el corazón al Espíritu, cuando el Espíritu se apodera de un corazón, se caen las escamas que el mundo, el demonio y la carne habían dejado en ese corazón, y una vez purificado, fructifica en él la acción del Espíritu Santo, como una obra de santificación, de participar de la naturaleza de Dios.
La semilla se hunde en la tierra, en la oscuridad del surco, nadie la ve, nadie sabe que está allí, su presencia no se da a conocer, ésa es la primera etapa de la vida, de oscuridad y desconocimiento, etapa necesaria, etapa vital, pero es una etapa transitoria, no definitiva. Cuando se supera esa etapa, la semilla saldrá a la luz del sol, desarrollándose, creciendo, mostrando a la luz su verdadera vitalidad. La vida espiritual nuestra es una vida de interioridad, de intimidad, de profundidad, será un poseer a Dios, vivir a Dios, entregarse a Dios; aunque posteriormente esa vida interior debe manifestarse al exterior, a los demás para contagiar a quienes nos rodean. El cristiano está llamado a tener un corazón sencillo, no complicado, no problematizado, ni traumatizado por ninguna causa. Es tener un corazón de niño para entrar al Reino.

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ORIENTACIÓN PARA SOLICITAR LA PEREGRINACIÓN DE LAS RELIQUIA EN 1ER GRADO DEL BEATO CARLO ACUTIS
COMUNICADO DE LA POSTULAZIONE
| 10/01/2022 | Se han registrado varias denuncias de reliquias del beato Carlos Acutis que no cumplen con los requisitos canónicos ni con la Instrucción de la Congregación para las Causas de los Santos sobre “Las reliquias en la Iglesia: autenticidad y conservación”, del 16 de diciembre de 2017. En particular, reiteramos que para que las reliquias sean auténticas deben llevar un sello de cera y un documento de autentificación con la firma del Postulador. Hay que asegurarse de que no han sido manipuladas o falsificadas. Nadie más está autorizado a autentificar las reliquias de Carlos Acutis, haciendo una excepción del Obispo de Asís. Además, le recordamos que las reliquias se conceden gratuitamente, sin ninguna cantidad de dinero a cambio. Por ello, invitamos a los pastores de la Iglesia a estar atentos al fenómeno de las falsas reliquias, y pedimos la colaboración de sacerdotes, religiosos y laicos para denunciar los casos de fraude o abuso a la Postulación. Agradecemos a todos los que nos ayuden a frenar un fenómeno tan desafortunado. Dr.Nicola Gori Postulatore della Causa. |
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