

Dios todopoderoso y eterno, que con la abundancia de tu amor desbordas los méritos y los deseos de los que te suplican, derrama sobre nosotros tu misericordia, para que libres nuestra conciencia de toda inquietud y nos concedas lo que no nos atrevemos a pedir. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
https://www.catolia.com/para-hoy/liturgia-de-las-horas
VIGESIMOSEXTA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
DOMINGO 8 DE OCTUBRE DE 2023
Reflexión al Evangelio de Hoy
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO
Mt 21, 33-43
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«Escuchen otra parábola: El dueño de una finca plantó un viñedo y le puso un cerco; preparó un lugar donde hacer el vino y levantó una torre para vigilarlo todo. Luego alquiló el terreno a unos labradores y se fue de viaje.
Cuando llegó el tiempo de la cosecha, mandó unos criados a pedir a los labradores la parte que le correspondía. Pero los labradores echaron mano a los criados: golpearon a uno, mataron a otro y apedrearon a otro. El dueño volvió a mandar más criados que al principio; pero los labradores los trataron a todos de la misma manera.
Por fin mandó a su propio hijo, pensando: “Sin duda, respetarán a mi hijo.”
Pero cuando vieron al hijo, los labradores se dijeron unos a otros: “Éste es el que ha de recibir la herencia; matémoslo y nos quedaremos con su propiedad.”
Así que lo agarraron, lo sacaron del viñedo y lo mataron.Y ahora, cuando venga el dueño del viñedo, ¿qué creen ustedes que hará con esos labradores?
Le contestaron:
—Matará sin compasión a esos malvados, y alquilará el viñedo a otros labradores que le entreguen a su debido tiempo la parte de la cosecha que le corresponde.
Jesús entonces les dijo:
—¿Nunca han leído—¿Nunca han leído ustedes las Escrituras? Dicen:
“La piedra que los constructores despreciaron
se ha convertido en la piedra principal.
Esto lo hizo el Señor,
y estamos maravillados.”Por eso les digo que a ustedes se les quitará el Reino, y que se le dará a un pueblo que produzca la debida cosecha.
P/. Palabra del Señor
R/. Gloria a ti, Señor Jesús
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Esta historia ilustra de manera alegórica los reproches que los profetas habían hecho sobre la historia de Israel. Es una historia que nos pertenece: se habla de la alianza que Dios quiso establecer con la humanidad y a la que también nos llamó a participar. Pero esta historia de alianza, como cada historia de amor, conoce sus momentos positivos, pero está marcada también por traiciones y desprecios. Para hacer entender cómo Dios Padre responde a los desprecios opuestos a su amor y a su propuesta de alianza, el pasaje evangélico pone en boca del jefe de la viña una pregunta: «Cuando venga, pues, el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?» (v. 40). Esta pregunta subraya que la desilusión de Dios por el comportamiento perverso de los hombres no es la última palabra. Está aquí la gran novedad del cristianismo: un Dios que, incluso desilusionado por nuestros errores y nuestros pecados, no pierde su palabra, no se detiene y sobre todo ¡no se venga! (Ángelus, 8 octubre 2017)4 diciembre 2017)
MEDITACIÓN
Esta narración no es una parábola sino una alegoría, donde cada miembro o personaje de la historia tiene una correspondencia con la realidad. Jesús narra una historia nueva de la “antigua viña”. Desde la versión del AT, encontramos que el dueño de la viña es Dios; la viña elegida y cuidada es Israel, los arrendatarios o viñadores son los dirigentes religiosos de Israel; los servidores enviados a buscar frutos son los profetas; el hijo del dueño, el heredero, enviado como último recurso y asesinado por los viñadores es Jesús mismo, los nuevos arrendatarios serían los judíos creyentes y los gentiles o paganos.
Se narra toda la historia de la salvación desde la donación de la tierra a Israel hasta la muerte de Jesús. Preguntando “¿qué les parece que hará con aquellos viñadores?” (Mt 21,40), Jesús quiere justificar la decisión de Dios de castigar a Israel. Al responder acertadamente los oyentes, los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo, terminan por condenarse a sí mismos, pues, en cierto modo, firman su propia sentencia. Así lo afirma Jesús hacia el final en una especie de sentencia condenatoria.
Por tanto, Dios no es injusto si les quita el privilegio de tener la viña, el Reino, y se lo confiere a otro pueblo que dé fruto de verdad. Dios ha tenido una paciencia enorme y en su intento de conseguir los frutos debidos ha enviado dos series de profetas que fueron tratados de manera escandalosa. Se trata del Sal 118,22 que habla de una piedra desechada que pasa a ser la piedra angular, esto es, “una piedra superior, bien visible y bellamente labrada, en una de las esquinas del edificio”.
La tradición cristiana interpretó esta piedra desechada y recuperada en referencia a la pasión y resurrección de Cristo (cf. Mc 8,31; 1Pe 2,4.6-8; Bern 6,2-4). Desechar la piedra angular (rechazando y asesinando a Jesús) hace que se le dé la viña a otro pueblo o nación. El tema no es el haber dado frutos malos como en Is 5; tampoco el no haber dado frutos; sino el no haberlos entregado. Esta apropiación de los frutos nos recuerda las advertencias de Moisés al pueblo en el Dt 8,11-19, sobre el peligro de la arrogancia que lleva al pueblo de Israel a considerar que por sí mismo ha conquistado la tierra y que los frutos de la misma son el resultado de su sólo esfuerzo.
Este olvido de Dios y de sus dones son la raíz del pecado para el deuteronomista, por tanto, al no dar fruto no cumplen con la misma y manchan el nombre santo de Dios y contaminan la tierra santa. Por eso se dará el Reino a otra nación que haga producir frutos a su debido tiempo. Los dirigentes de Israel se dan cuenta que la alegoría se dirigía a ellos y buscaron arrestarlo o prenderlo, sin saber que con esto terminan por dar cumplimiento a las Escrituras. En consonancia con toda la teología de Mateo, lo importante para poseer el Reino de Dios no es la pertenencia a un pueblo determinado sino el dar frutos, es decir, cumplir la voluntad del Padre manifestada por Jesús. Es el criterio claro de discernimiento que da Jesús, pues un árbol se conoce por sus frutos (cf. Mt 7,16-20; 12,33). Las lecturas de hoy reflejan una situación propia de la primitiva Iglesia que es ajena a nuestras actuales comunidades cristianas, pero nos presenta cómo es la pedagogía divina. La historia de la salvación es también nuestra propia historia, en donde están nuestras raíces, que nos sigue hablando en nuestra realidad actual. El Evangelio del domingo pasado nos invitaba a meditar sobre la posibilidad real de la conversión, del cambio de vida, al cual el Señor nos invita siempre y espera nuestra respuesta sincera. Hoy se medita sobre el realismo de nuestra conversión, pues debemos dar frutos, porque nuestra conversión debe manifestarse en un cambio de mentalidad, de vida y de acciones.
Decía Santa Teresa de Jesús: “obras son amores y no buenas razones”; San Ignacio de Loyola: “El amor se ha de poner más en las obras que en las palabras”.El Señor nos encomendó su viña, nos ha dado talentos y gracias para hacerlos fructificar; se nos confió el Reino de Dios, la Presencia de Dios en nuestra vida, que requiere cuidado para no perder este don maravilloso, por tanto, no contentarse con una vida cristiana light, infructuosa, mediocre, raquítica. Recordar que la paciencia que Dios nos tiene es muy grande y de manera permanente nos llama y espera. La responsabilidad es muy grande, que ciertamente en algún momento podríamos perderlo todo si no damos frutos de conversión y misión.
La otra advertencia que el Señor hace a su pueblo Israel, y también para nosotros, es sobre el peligro de apropiarnos de los dones del Señor, de perder tanto la dimensión del don como de la responsabilidad social que los mismos implican. El Cardenal A. Vanhoye decía: “Esta parábola debe ser también para nosotros un aviso contra la actitud posesiva. Todos tenemos responsabilidades: unos a un nivel modesto, otros a un nivel más alto, otros a un nivel altísimo. Mas para todos es decisiva la actitud que asumamos respecto a tales responsabilidades. La tentación que nos acecha es siempre la misma: adoptar una actitud posesiva, diciendo: «Dios me ha dado unos dones; soy su propietario, hago con ellos lo que quiero. Todos los dones, todos los talentos que Dios nos ha dado y nos da son instrumentos para poder amar y servir a los demás”.
El Papa Francisco expresó en Evangelii gaudium: “La evangelización tiene mucho de paciencia, y evita maltratar límites. Fiel al don del Señor, también sabe «fructificar». La comunidad evangelizadora siempre está atenta a los frutos, porque el Señor la quiere fecunda.” (EG 24).“A través de todas sus actividades, la parroquia alienta y forma a sus miembros para que sean agentes de evangelización. Es comunidad de comunidades, santuario donde los sedientos van a beber para seguir caminando, y centro de constante envío misionero. Pero tenemos que reconocer que el llamado a la revisión y renovación de las parroquias todavía no ha dado suficientes frutos en orden a que estén todavía más cerca de la gente, que sean ámbitos de viva comunión y participación, y se orienten completamente a la misión”(EG 28).
Recemos para que cuando el Señor nos visite podamos dejar en sus manos todos nuestros frutos, reconociendo que sólo somos fieles administradores de sus dones. Nos ha dado y nos da tanto, que le debemos algunos frutos de conversión, frutos de obras de misericordia y frutos de evangelización.
Ángeles: https://unpasoaldia.wordpress.com/category/angeologia/

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ORIENTACIÓN PARA SOLICITAR LA PEREGRINACIÓN DE LAS RELIQUIA EN 1ER GRADO DEL BEATO CARLO ACUTIS
COMUNICADO DE LA POSTULAZIONE
| 10/01/2022 | Se han registrado varias denuncias de reliquias del beato Carlos Acutis que no cumplen con los requisitos canónicos ni con la Instrucción de la Congregación para las Causas de los Santos sobre “Las reliquias en la Iglesia: autenticidad y conservación”, del 16 de diciembre de 2017. En particular, reiteramos que para que las reliquias sean auténticas deben llevar un sello de cera y un documento de autentificación con la firma del Postulador. Hay que asegurarse de que no han sido manipuladas o falsificadas. Nadie más está autorizado a autentificar las reliquias de Carlos Acutis, haciendo una excepción del Obispo de Asís. Además, le recordamos que las reliquias se conceden gratuitamente, sin ninguna cantidad de dinero a cambio. Por ello, invitamos a los pastores de la Iglesia a estar atentos al fenómeno de las falsas reliquias, y pedimos la colaboración de sacerdotes, religiosos y laicos para denunciar los casos de fraude o abuso a la Postulación. Agradecemos a todos los que nos ayuden a frenar un fenómeno tan desafortunado. Dr.Nicola Gori Postulatore della Causa. |
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