Un camino de Fe

Especiales

Vírgenes consagradas, la forma más antigua de consagración

Artículo original de: Fuentes Varias

Desde los primeros siglos del cristianismo ha habido mujeres que consagran su virginidad, a través de un ritual en el que se comprometen a ser esposas de Jesús a perpetuidad, sin necesariamente vivir en un convento. No obstante, como vocación religiosa, la Virginidad Consagrada se fue diluyendo paulatinamente, hasta desaparecer por completo en el siglo XII, debido a la propagación de la vida religiosa en los monasterios.

Desvinculada de una congregación religiosa en particular

Se trata de una vocación que nace en una diócesis, desvinculada de una congregación religiosa en particular y cuya misión es servir precisamente a la pastoral diocesana. Asimismo, esta Orden no cuentan con fundadoras o superioras entre sus consagradas, sino que depende directamente del diocesano del lugar. De este modo, corresponde al Obispo admitir a la aspirante a su vocación y celebrar su Consagración. Y una vez consagrada debe también velar por la atención pastoral de estas mujeres. Las vírgenes consagradas tampoco viven en comunidad, sino que pueden hacerlo solas, con sus familias o en otras condiciones favorables a su vocación. Pese a esto, sí mantienen una estrecha relación entre ellas celebrando reuniones mensuales de formación, retiros espirituales en los tiempos litúrgicos fuertes o convivencias y encuentros nacionales. Por otro lado, estas mujeres se sustentan con el fruto de sus trabajos, ya que siguen ejerciendo sus profesiones una vez consagradas.

¿Cómo se diferencia entonces esta vocación de cualquier otra mujer soltera que viva intensamente su fe y servicio a la Iglesia?

Esposas de Cristo

“Las vírgenes consagradas en el Orden de las Vírgenes son laicas que han recibido del Señor una llamada especial en la Iglesia, a vivir la esponsalidad con Él en medio de la sociedad, en una diócesis y unidas a la Iglesia Universal”, “el Orden de las Vírgenes no es un carisma único e igual para todas, no es un movimiento, ni una congregación, es como su palabra indica un orden, una categoría de fieles en la Iglesia”, por tanto, “cada una según sus circunstancias, su carisma, tiene su regla trabajada con su director espiritual y aprobado por su obispo”.

¿Qué es el Ordo Virginum?

Es la forma de vida consagrada consagrada de los primeros siglos de la era cristiana. Había muchas mujeres que seguían a Jesús y que lo siguen junto a los apóstoles y a los primeros evangelizadores.

La Iglesia le puso el nombre de ORDO VIRGINUM y lo definió como “Ordo”, que significa una categoría específica y “Vírginum”, porque es integrado por mujeres que profesan la castidad y viven en las realidades del mundo, sin ser del mundo. Cada una es autónoma y vive de su trabajo.

Es una vida consagrada única que “formulando el propósito santo de seguir más de cerca a Cristo, son consagradas a Dios por el Obispo diocesano según el rito litúrgico aprobado, celebran desposorios místicos con Jesucristo, Hijo de Dios, y se entregan al servicio de la Iglesia”, la define el Derecho Canónico (nº604,1).

“Cristo nos llamó y nos envío a ser una riqueza en la vida de la Iglesia diócesana. Nuestra vocación tiene arraigo en la diócesis. La consagrada vive las realidades del Reino y desde aquí está llamada a un servicio tanto en la Iglesia como en el mundo con los talentos y formación que cada una tiene. Con su testimonio colabora para que se realice la recapitulación de todas las cosas en Cristo. Pertenecemos a una diócesis y nuestro único superior es el obispo del lugar”.

_afirma una de las vírgenes consagradas_

Por lo cual podemos estar presente en cualquier área de evangelización y trabajo civil o eclesial. La consagrada puede vivir sola, con su familia o pueden asociarse para apoyarse entre sí. Nuestra vida en comunión es en la unidad del Cuerpo Místico de Cristo. Buscamos alimentar esta comunión con un encuentro mensual, con los ejercicios espirituales anuales, en las celebraciones significativas de la Iglesia.

_Continúa_

El Derecho Canónico

Aunque el Derecho Canónico llama orden a este tipo de vida consagrada –orden de las vírgenes-, no con esto quiere decir que se establecen como una orden religiosa femenina a semejanza de un instituto religioso (capuchinas benedictinas, clarisas, etc.). Utiliza la palabra “orden” en sustitución de grupo, clase o categoría.

No hacen un voto de virginidad como las religiosas o monjas sino que es un “propósito” equiparable a un voto, ya que hacen de la virginidad una forma de consagración.

Estas personas hacen de su vida dentro del mundo un testimonio vivo del amor de Dios a la humanidad, al dedicarse por entero al servicio de la Iglesia. Pueden elegir vivir en comunidad apara ayudarse mejor en la vivencia de su consagración, pero no es éste un requisito indispensable para esta forma de vida consagrada. Estas mujeres se dedican a la oración, la penitencia, el servicio a los hermanos y el trabajo apostólico según el estado y los carismas respectivos ofrecidos a cada una de ellas.

Un rito especial

La fórmula de consagración se lleva a cabo mediante un rito especial llamado “Rito Solemne de Consagración de Vírgenes para Mujeres que Viven en el Mundo”, rito que el Papa Pablo VI decidió revitalizar y actualizar en 1970.

Este tipo de vida consagrada hunde sus raíces en los inicios del cristianismo. Cuando la virginidad de la mujer era un valor de libertad en una sociedad que sólo concebía para ella la vía del matrimonio, mujeres como las cuatro hijas del diácono Felipe, que eran vírgenes y profetizaban (Hechos de los Apóstoles 21, 8-10), portaban toda la novedad del mensaje evangélico.

Otras, desempeñaban ministerios en la primitiva comunidad como Febe, colaboradora del apóstol Pablo (Romanos 16, 1), a la cual éste presenta como «diaconisa», un término que literalmente significaba en griego servidora, y que no implicaba el orden sacerdotal. La Comisión Teológica Internacional está estudiando en estos momentos el papel que desempeñaban aquellas mujeres «diaconisas» en las primeras comunidades cristianas (Cf. La Comisión Teológica continúa analizando los problemas del diaconado).

En 1983, el nuevo Código de Derecho Canónico recogía la tradición y animaba a los obispos a promover este modo de compromiso en la Iglesia.

3 pilares de la Virginidad Consagrada

Esponsalidad. Se refiere a la vivencia de ser esposa de Jesús, lo cual se traduce en una vida de oración íntima, profunda y sosegada, en la que la Virgen Consagrada pueda gustar al Esposo y crecer como evangelizadora. Este pilar incluye la participación en Misa diaria y el rezo de la Liturgia de las Horas.

Virginidad. Las Vírgenes Consagradas viven su virginidad no como una carga o sacrificio, sino como una decisión libre, una apuesta por la llamada que han sentido de vivir la vida en castidad.

Diocesaneidad. Este pilar, llamado también “maternidad”, es una misión que se manifiesta en ser signo de la Iglesia a la que pertenecen, llevando una maternidad espiritual tanto a los lugares donde realizan sus labores cotidianas, como a parroquia en sus distintas actividades.

Revista Vírgenes Consagradas en Caridad y Libertad

https://www.facebook.com/virgenesconsagradasrevista

https://atomic-temporary-157745810.wpcomstaging.com/2023/03/14/coronilla-por-las-almas-sacerdotales-y-religiosas-2/
https://atomic-temporary-157745810.wpcomstaging.com/2023/06/02/las-reliquias-de-los-santos-en-el-culto-catolico/

Escribénos a: contactounpasoaldia@gmail.com

Nota importante: La publicidad que aparece en este portal es gestionada por Google y varía en función del país, idioma e intereses y puede relacionarse con la navegación que ha tenido el usuario en sus últimos días.

Estimado lector: ¡Gracias por seguirnos y leer nuestras publicaciones. Queremos seguir comprometidos con este apostolado y nos gustaría contar contigo, si está en tus posibilidades, apóyanos con un donativo que pueda ayudarnos a cubrir nuestros costos tecnológicos y poder así llegar cada vez a más personas. ¡Necesitamos de ti!
¡GRACIAS!

Para solicitarla, ponte en contacto con nosotros

ORIENTACIÓN PARA SOLICITAR LA PEREGRINACIÓN DE LAS RELIQUIA EN 1ER GRADO DEL BEATO CARLO ACUTIS

COMUNICADO DE LA POSTULAZIONE

10/01/2022   
Se han registrado varias denuncias de reliquias del beato Carlos Acutis que no cumplen con los requisitos canónicos ni con la Instrucción de la Congregación para las Causas de los Santos sobre “Las reliquias en la Iglesia: autenticidad y conservación”, del 16 de diciembre de 2017.
En particular, reiteramos que para que las reliquias sean auténticas deben llevar un sello de cera y un documento de autentificación con la firma del Postulador. Hay que asegurarse de que no han sido manipuladas o falsificadas.
Nadie más está autorizado a autentificar las reliquias de Carlos Acutis, haciendo una excepción del Obispo de Asís.
Además, le recordamos que las reliquias se conceden gratuitamente, sin ninguna cantidad de dinero a cambio.
Por ello, invitamos a los pastores de la Iglesia a estar atentos al fenómeno de las falsas reliquias, y pedimos la colaboración de sacerdotes, religiosos y laicos para denunciar los casos de fraude o abuso a la Postulación.
Agradecemos a todos los que nos ayuden a frenar un fenómeno tan desafortunado.

 

Dr.Nicola Gori
Postulatore della Causa.

DESCARGA, IMPRIME Y COMPARTE

Deja un comentario