Un camino de Fe

Evangelio del día, Oficio Divino

Liturgia de las Horas y Reflexión al Evangelio Domingo 19 de Noviembre

Concédenos, Señor, Dios nuestro, alegrarnos siempre en tu servicio, porque la felicidad plena y perpetua está en que seamos fieles a ti, autor de todo bien. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

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DOMINGO 19 DE NOVIEMBRE DE 2023 

TRIGÉSIMA  TERCERA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Resumen de frases del Evangelio y otras lecturas de hoy.

Jesús hace una exaltación a la laboriosidad y menciona que, el ejercicio de esta virtud, entendida como poner al servicio los talentos que Dios nos da, sin excusas, tiene como consecuencia «participar del gozo del Señor». De igual manera, la primera lectura tomada del Libro de los Proverbios y el Salmo presentan respectivamente la figura de una mujer y un hombre que reciben la bendición del Señor, al tener como prioridad hacer su voluntad en la cotidianidad y sencillez de sus labores, viviendo así como los «hijos de la luz», de los cuales hace mención el apóstol San Pablo en la primera carta a los Tesalonicenses.

Evangelio del día

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN  LUCAS

Mt 25, 14-30

En aquel tiempo, los fariseos le preguntaron a Jesús: “¿Cuándo llegará el Reino de Dios?” Jesús les respondió: “El Reino de Dios no llega aparatosamente. No se podrá decir: ‘Está aquí’ o ‘Está allá’, porque el Reino de Dios ya está entre ustedes”.

Les dijo entonces a sus discípulos: “Llegará un tiempo en que ustedes desearán disfrutar siquiera un solo día de la presencia del Hijo del hombre y no podrán. Entonces les dirán: ‘Está aquí’ o ‘Está allá’, pero no vayan corriendo a ver, pues así como el fulgor del relámpago brilla de un extremo a otro del cielo, así será la venida del Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser rechazado por los hombres de esta generación”.

P/. Palabra del Señor
R/. Gloria a ti, Señor Jesús

El hombre de la parábola representa a Jesús, los siervos somos nosotros y los talentos son el patrimonio que el Señor nos confía. ¿Cuál es el patrimonio? Su Palabra, la Eucaristía, la fe en el Padre celestial, su perdón… en definitiva, muchas cosas, sus bienes más preciosos. Este es el patrimonio que Él nos confía. No sólo para custodiar, sino para fructificar. Mientras que en el uso común el término «talento» indica una destacada cualidad individual —por ejemplo el talento en la música, en el deporte, etc.—, en la parábola los talentos representan los bienes del Señor, que Él nos confía para que los hagamos fructificar. El hoyo cavado en la tierra por el «siervo negligente y holgazán» (v. 26) indica el miedo a arriesgar que bloquea la creatividad y la fecundidad del amor. Porque el miedo a los riesgos del amor nos bloquea. Jesús no nos pide que conservemos su gracia en una caja fuerte. Jesús no nos pide esto, sino más bien quiere que la usemos en beneficio de los demás. Todos los bienes que hemos recibido son para darlos a los demás, y así crecen. Es como si nos dijera: «Aquí tienes mi misericordia, mi ternura, mi perdón: tómalos y haz amplio uso de ello». Y nosotros, ¿qué hemos hecho con ello? ¿A quién hemos «contagiado» con nuestra fe? ¿A cuántas personas hemos alentado con nuestra esperanza? ¿Cuánto amor hemos compartido con nuestro prójimo? (Ángelus, 16 noviembre 2014)

MEDITACIÓN

Lo más importante es la rendición de cuentas que tienen que hacer los servidores ante su Señor, quien les confió los talentos; cuenta el encuentro con el Señor que llegó al cabo de mucho tiempo (cf. Mt 25,19), mostrando a los dos siervos, para enseñar a estar preparado siempre para la venida del Señor, pues su llegada es inesperada. Trata sobre la necesidad del obrar del hombre tanto en el orden natural como sobrenatural. Se invita a la fidelidad activa en relación a los talentos recibidos, es una fuerte invitación a poner los talentos personales al servicio de la comunidad, al servicio del Reino de Dios. Los talentos representan lo que hemos recibido de Dios, o sea, todo. Por tanto, se refiere a los dones naturales, morales y espirituales.

La parábola inicia narrando las acciones de un señor o amo quien, antes de emprender un viaje, les confía sus bienes a tres servidores, quienes reciben en cantidades distintas de talentos: cinco, dos y uno, “cada uno según su capacidad”. “Talento” era originalmente una medida de pesa equivalente a 35 a 40 kg. de metal precioso. Como valor monetario representaba unos 6000 dracmas o denarios, jornales diarios. Se trata, por tanto, de sumas considerables de dinero, depende si se trata de oro, plata o cobre. Si los talentos fueran de plata, se calcula hipotéticamente que hoy nos darían 6.500 dólares por un talento. Entonces los 5 talentos serían 32.500 dólares y los 2 talentos 13.000 dólares. Los dos primeros servidores “inmediatamente” negocian, hacen trabajar el dinero y obtienen el doble de ganancia.

Pero, el tercero esconde en un campo el talento, lo pone a resguardo, según una costumbre común en Oriente Medio por aquel tiempo. Llega el amo o señor y comienza la “rendición de cuentas”. Los dos primeros dan cuenta de las ganancias obtenidas y reciben el mismo reconocimiento de su señor. El señor los reconoce como buenos y fieles en lo poco, por lo que se han hecho merecedores de que se les confíe mucho más y de entrar en el gozo de su señor. Se valora en los servidores la fidelidad en lo poco; y el entrar en la alegría o gozo del señor remite claramente a la fiesta escatológica.

El Señor de la parábola, al dar su juicio, deja en claro que lo dicho por el servidor era sólo excusa y lo califica de “malo y perezoso” (cf. Prov 6,6-11; 20,4; 26,14; Eclo 22,1-2; Rom 12,11). Por tanto, al igual que a las vírgenes necias, el tercer siervo es castigado por su inactividad, su “pecado” es de omisión; la sentencia es: “Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar de dientes”.  En síntesis, “la parábola de los talentos ofrece otra faceta de la vigilancia: vigilar es cooperar seria y responsablemente con el don recibido, pues hay que dar cuenta de él”. Juan Pablo II decía que “la fe crece dándola”, compartiéndola, haciéndola misionar. Los talentos con como la Palabra de Dios, la semilla sembrada, que encierra toda la potencialidad para florecer y dar fruto, pero necesita del terreno del corazón que sea bueno y aporte lo suyo, pues de lo contrario toda su potencia y su energía quedarían frustradas. Por eso, estar atentos, ya que nadie está exento del todo de la tentación de la tibieza y mediocridad (cf. DA 12). Papa Francisco decía: “Una de las tentaciones más serias que ahogan el fervor y la audacia es la conciencia de derrota que nos convierte en pesimistas quejosos y desencantados con cara de vinagre. Nadie puede emprender una lucha si de antemano no confía plenamente en el triunfo. El que comienza sin confiar perdió de antemano la mitad de la batalla y entierra sus talentos. Aun con la dolorosa conciencia de las propias fragilidades, hay que seguir adelante sin declararse vencidos, y recordar lo que el Señor dijo a san Pablo: «Te basta mi gracia, porque mi fuerza se manifiesta en la debilidad» (2 Co 12,9)” (EG 85).

En síntesis, se trata de hacer producir los talentos poniéndolos al servicio de los demás y venciendo el miedo y la pereza que nos paralizan. Decía el Papa Francisco en el Ángelus del 15 de noviembre de 2020: “A veces pensamos que ser cristianos es no hacer el mal. Y no hacer el mal es bueno. Pero no hacer el bien no es bueno. Tenemos que hacer el bien, salir de nosotros mismos y mirar, mirar a quienes tienen más necesidad. Hay mucha hambre, incluso en el corazón de nuestras ciudades, y tantas veces entramos en esa lógica de la indiferencia: el pobre está ahí y miramos para el otro lado. Tiende tu mano al pobre: es Cristo”.

Este domingo celebramos la jornada mundial de los pobres. Al respecto dice el Papa Francisco comentando el lema de la misma en el mensaje para este año: “No apartes tu rostro del pobre” (Tb 4,7): “Tobit, en el momento de la prueba, descubre su propia pobreza, que lo hace capaz de reconocer a los pobres. Es fiel a la Ley de Dios y observa los mandamientos, pero esto no le es suficiente. La atención efectiva hacia los pobres le era posible porque había experimentado la pobreza en su propia carne. Por lo tanto, las palabras que dirige a su hijo Tobías son su auténtica herencia: «No apartes tu rostro de ningún pobre» (4,7). En definitiva, cuando estamos ante un pobre no podemos volver la mirada hacia otra parte, porque eso nos impedirá encontrarnos con el rostro del Señor Jesús. Y fijémonos bien en esa expresión «de ningún pobre». Cada uno de ellos es nuestro prójimo. No importa el color de la piel, la condición social, la procedencia. Si soy pobre, puedo reconocer quién es el hermano que realmente me necesita. Estamos llamados a encontrar a cada pobre y a cada tipo de pobreza, sacudiendo de nosotros la indiferencia y la banalidad con las que escudamos un bienestar ilusorio”. Si Dios es Amor, y Él nos amó primero (cf. 1 Jn 4,10), y está en los pequeños (cf. Mt 25,40), todo lo que hagamos por amor por cada uno de esos pequeños, lo hacemos con Él mismo. Es nuestra entrada o pasaje más fácil para llegar al cielo. “Tiende tu mano al pobre”.

https://atomic-temporary-157745810.wpcomstaging.com/2023/06/02/las-reliquias-de-los-santos-en-el-culto-catolico/
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ORIENTACIÓN PARA SOLICITAR LA PEREGRINACIÓN DE LAS RELIQUIA EN 1ER GRADO DEL BEATO CARLO ACUTIS

COMUNICADO DE LA POSTULAZIONE

10/01/2022   
Se han registrado varias denuncias de reliquias del beato Carlos Acutis que no cumplen con los requisitos canónicos ni con la Instrucción de la Congregación para las Causas de los Santos sobre “Las reliquias en la Iglesia: autenticidad y conservación”, del 16 de diciembre de 2017.
En particular, reiteramos que para que las reliquias sean auténticas deben llevar un sello de cera y un documento de autentificación con la firma del Postulador. Hay que asegurarse de que no han sido manipuladas o falsificadas.
Nadie más está autorizado a autentificar las reliquias de Carlos Acutis, haciendo una excepción del Obispo de Asís.
Además, le recordamos que las reliquias se conceden gratuitamente, sin ninguna cantidad de dinero a cambio.
Por ello, invitamos a los pastores de la Iglesia a estar atentos al fenómeno de las falsas reliquias, y pedimos la colaboración de sacerdotes, religiosos y laicos para denunciar los casos de fraude o abuso a la Postulación.
Agradecemos a todos los que nos ayuden a frenar un fenómeno tan desafortunado.

 

Dr.Nicola Gori
Postulatore della Causa.

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