“Oraciones para Cada Momento del Día: Un Paso hacia la Santidad”

En este día, queremos compartir contigo una serie de oraciones que te ayudarán a profundizar en tu fe ya encontrar consuelo en las diferentes devociones que nos acercan a Dios.

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Desde el ofrecimiento del día hasta la adoración eucarística, pasando por la intercesión de San José y la Virgen María, estas oraciones te guiarán en tu camino espiritual.

Iniciar la semana.

“Oh Padre celestial, Hijo amado y Espíritu Santo, Santísima Trinidad, te ofrezco este día y todas mis acciones, pensamientos y obras. Te pido que me guías y me fortalezcas en mi camino hacia Ti, y que me permitas vivir cada momento con fe, amor y obediencia.

San José, castísimo esposo de la Santísima Virgen María y padre adoptivo de Jesús, ruega por mí ante el trono de Dios. Ayúdame a imitar tu ejemplo de fe, obediencia y amor silencioso. Intercede por mí para que pueda enfrentar los desafíos de esta semana con valentía y confianza en la providencia divina. Amén.”

Consagración a San José

“Oh glorioso San José, dignísimo esposo de la Madre de Dios y padre adoptivo del Verbo Encarnado, protector fiel de las almas que recurren a ti, me consagro a ti en este día. En presencia de Jesús, tu hijo, y de María, tu esposa, te elijo como mi guía y protector. Quiero cumplir mis deberes con humildad y dulzura, como tú lo hiciste. Te tomo como y confiado en todas mis penas y trabajos, para soportarlos con paciencia y resignación.

Recíbeme como tu siervo, oh santo patriarca. Sé la fuerza que sostenga mi flaqueza y el consuelo que calme todas mis aflicciones. Sé mi esperanza y refugio en todas mis necesidades, y mi apoyo en todos los sinsabores de mi vida. Asísteme especialmente en la hora de mi muerte y hazme digno de entrar a la patria de los justos. Amén.”

Oración de Sanación y Liberación:

“Dios nuestro Señor, omnipotente y misericordioso, te alabo y te bendigo por tu infinito amor y bondad. En el nombre de Jesús, tu Hijo amado, te pido que envía tu Espíritu Santo sobre mí para que me cuerdo de todo dolor físico, emocional y espiritual

Sana mi corazón de toda tristeza, resentimiento y amargura. Libérame de las ataduras del pasado, de los malos recuerdos y de las heridas que aún me duelen. Concédeme la gracia de perdonar y ser perdonado, para que pueda vivir en paz y armonía.

Aleja de mí toda turbación, angustia y obsesión. Líbrame de las fuerzas del mal y de cualquier influencia negativa que me impida seguir tu voluntad. Quiero ser libre para amarte y servirte con todo mi corazón.

Oración de Intercesión a Carlo Acutis por los matrimonios que quieren ser padres:

“Oh Padre celestial, que nos ha dado el testimonio ardiente del joven Beato Carlo Acutis, modelo de vida para los jóvenes y mensaje de amor para todos, te pido que aceptes su intercesión por nosotros.

Carlo, que te enamoraste de Jesús y convertiste la Eucaristía en tu «autopista hacia el cielo», ruega por los matrimonios que anhelan ser padres. Ayúdalos a confiar en la providencia divina ya recibir con fe y amor el don de la vida.

Intercede por ellos para que puedan experimentar la alegría de la paternidad, y que su hogar sea un refugio de amor, paz y santidad. Haz que su unión sea fuerte y que su familia crezca en la fe y la caridad.

Confío en Ti, Padre, y en tu amadísimo Hijo Jesús, en la Virgen María, nuestra dulcísima Madre, y en la intercesión de Tu Beato Carlo Acutis. Amén.”

Por la intercesión de la Virgen María y de todos los santos, te pido que me cubras con tu protección y me guías en mi camino hacia la santidad. Amén.”

Oración para Vivir el Evangelio de Hoy:

“Oh Señor Jesús, que nos llamas a seguirte sin importar nuestras circunstancias, te pido que me guías para responder con generosidad y prontitud a tu llamado. Ayúdame a dejar atrás todo lo que me impide seguirte plenamente ya confiar en tu providencia.

En este día, te pido que me concedas la gracia de ser misericordioso como Tú, y de acoger a todos, especialmente a aquellos que se sienten marginados. Haz que mi corazón sea un refugio de amor y compasión para todos.

Por la intercesión de la Virgen María y de todos los santos, te pido que me ayudes a vivir cada día como un llamado a la santidad, sin juzgar a los demás, sino siendo un mediador de tu amor y misericordia. Amén.”

Oración por los Sacerdotes:

“Oh Padre celestial, que has elegido a los sacerdotes para que sean ministros de tu amor y tu misericordia, te pido que los bendigas y las protejas. En el nombre de Jesús, tu Hijo amado, ruega por ellos para que sean guiados por el Espíritu Santo en su ministerio.

Concédeles la gracia de la santidad y la sabiduría para que puedan servir a tu pueblo con humildad y dedicación. Protégelos de las tentaciones y fortalécelos en su fe, para que sean testigos creíbles de tu amor y tu verdad.

Haz que su corazón sea un refugio de compasión y misericordia para todos los que acuden a ellos en busca de consuelo y guía. Por la intercesión de la Virgen María y de San Juan María Vianney, patrono de los sacerdotes, te pido que los ayudes a ser instrumentos de tu amor y tu salvación en el mundo. 

Oración para las Almas del Purgatorio:

“Oh Padre celestial, que en tu misericordia has dispuesto que las almas de los difuntos puedan ser ayudadas por nuestras oraciones, te pido que envíes tu Espíritu Santo sobre las almas del Purgatorio. Ayúdalas a purificarse de sus imperfecciones ya alcanzar pronto la visión beatífica de tu rostro.

Por la intercesión de la Virgen María y de todos los santos, te pido que les concedas la gracia de la paz y la consolación, y que las libres de sus sufrimientos. Haz que nuestra oración y nuestras obras de caridad sean un bálsamo para su dolor y un paso más hacia la gloria eterna.

Recuerda, Señor, que son tus hijos amados, y que anhelan estar contigo en la luz de tu presencia. Amén.”

Oración para Alcanzar las Virtudes de la Santísima Virgen María:

“Oh Virgen María, modelo de fe y virtud, te pido que me guías en el camino hacia la santidad. Ayúdame a imitar tu amor ardiente a Dios, tu humildad profunda y tu fe viva. Haz que mi corazón sea un refugio de oración continua y caridad ardiente hacia todos.

Concédele a mi alma la pureza divina y la paciencia que te caracterizan. Ayúdame a vivir con obediencia ciega a la voluntad de Dios ya mortificar mis deseos egoístas para seguir tu ejemplo.

Por tu intercesión, te pido que me concedas la gracia de ser un instrumento de amor y misericordia en el mundo. Haz que mi vida sea un testimonio de tu virtud y fe, y que pueda reflejar la belleza de tu alma en todas mis acciones. Amén.”

Oración de Consagración de los Hijos a la Santísima Virgen María:

“Oh, Virgen mía, Oh, Madre mía, yo te ofrezco enteramente a tu Inmaculado Corazón a mis hijos [nombres de los hijos] y te consagro su cuerpo y su alma, sus pensamientos y sus acciones.

Tú que eres la Madre de Cristo y que conoces perfectamente los rasgos de Su corazón, de su mente y su carácter, te pido que los moldees, formes y les enseñes a ser como Él, para que así sean imagen viviente de Jesús en nuestra familia, en la Iglesia y en el mundo.

Tú que eres Virgen y Madre, derrama sobre mis hijos el espíritu de pureza de corazón, de mente y de cuerpo. Que vivan en la virtud de la castidad según su estado y que la modestia y el pudor impidan que entre en ellos toda impureza, irrespeto o manipulación del cuerpo.

Oh, Corazón Inmaculado de María, refugio seguro de los pecadores y ancla firme de salvación, a Ti quiero hoy consagrarte a mis hijos [nombres de los hijos]. En estos tiempos de gran batalla espiritual, te pido que los recibas en tu Corazón, los refugios en tu manto virginal, las defensas con tus brazos maternales y los lleves por el camino seguro hacia el Corazón de tu Hijo, Jesús.

Madre Santísima, al consagrar a mis hijos a tu Corazón Inmaculado, te imploro a ti que eres Omnipotencia Suplicante que te reconozcan como Madre y Maestra. Que te abran su corazón para que el fruto de esta consagración les permita alcanzar la plenitud de comunión con el Corazón de Cristo.

Oh Madre, a través de la consagración de mis hijos, te entrego y encomiendo su vida, sus alegrías, sus luchas, sus sufrimientos, sus triunfos, todo lo que son, todo lo que sueñan, todo lo que poseen, todo lo que sienten. Lo encomiendo a tu cuidado maternal, a tu intercesión ya tu guía, para que seas la Estrella que los lleva en camino seguro y perfecto, al Corazón de Cristo. Por lo tanto, con confianza en tu promesa, de que al final tu Inmaculado Corazón triunfará, consagro a mis hijos a Tu Corazón como medio seguro para que vivan consagrados al Corazón de Jesús.

Tú que eres nuestra Madre espiritual, ayúdales a crecer en la vida de la gracia, a vivir plenamente injertados en la vida divina que recibieron en el Bautismo. Llévalos de la mano por caminos de santidad y no permitas que caigan en pecado mortal o que desperdicien las gracias ganadas por Cristo en el sacrificio de la Cruz.

Tú que eres Maestra de las almas, enséñales a ser dóciles como Tú, para acoger con obediencia y agradecimiento toda la Verdad que nos enseña tu Hijo a través de la Iglesia y su Magisterio.

Tú que eres Mediadora de las gracias, sé el canal seguro por el cual reciben las gracias de conversión, de luz, de discernimiento, de fidelidad, de sabiduría, de santidad y de unión que provienen del Sagrado Corazón de Cristo.

Tú que eres Intercesora ante tu Hijo, mantén tu mirada misericordiosa siempre puesta en mis hijos, y aunque no perciban sus propias necesidades, acércate siempre a tu Hijo, implorando como en Caná, por el milagro del vino que les hace falta.

Amén.”