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La Gran Promesa: Retornando a la Devoción de los Primeros Viernes

“Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que mi amor todopoderoso concederá a todos los que comulguen nueve Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la perseverancia final; no morirán en mi desgracia y mi Corazón será su refugio seguro en aquel último momento.”


“Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que mi amor todopoderoso concederá a todos los que comulguen nueve Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la perseverancia final; no morirán en mi desgracia y mi Corazón será su refugio seguro en aquel último momento.”

  • Promesa del Sagrado Corazón a Santa Margarita María de Alacoque

El llamado olvidado a la reparacion

En la vorágine de la vida moderna, muchas prácticas devotas parecen quedar relegadas al olvido. Sin embargo, la devoción de los Primeros Viernes al Sagrado Corazón de Jesús sigue siendo un tesoro espiritual de incalculable valor para los católicos. Esta práctica no es solo una tradición antigua, sino una invitación viva a la reparación, al amor ya la intimidad con Cristo, tan necesaria en nuestros días.

¿Por qué volver a esta devoción? La respuesta está en su profundo significado espiritual y en las extraordinarias promesas que la acompañan.

Origen de la devoción al Sagrado Corazón

La devoción a los Primeros Viernes nace de las revelaciones de Jesús a Santa Margarita María de Alacoque, religiosa francesa del siglo XVII. Entre 1673 y 1675, en el convento de Paray-le-Monial, Cristo le mostró su Corazón “ardiendo de amor por los hombres”, pero también “rodeado de espinas” por las ofensas que recibe. En 1675, Jesús le comunicó la “Gran Promesa”: la gracia de la perseverancia final para quienes practican la comunión reparadora durante nueve Primeros Viernes de meses consecutivos.

Esta devoción fue acogida por la Iglesia como un acto de reparación al amor herido de Cristo, especialmente en la Eucaristía.

Las Doce Promesas del Sagrado Corazón

El Sagrado Corazón de Jesús ofreció, además de la Gran Promesa, otras una vez promesas a quienes practican esta devoción con fidelidad:

  1. Les daré todas las gracias necesarias para su estado de vida.
  2. Estableceré la paz en sus familias.
  3. Les consolaré en todas sus aflicciones.
  4. Seré su amparo y refugio seguro durante la vida, y principalmente en la hora de la muerte.
  5. Derramaré abundantes bendiciones sobre todas sus empresas.
  6. Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia.
  7. Las almas tibias se harán fervorosas.
  8. Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a gran perfección.
  9. Bendeciré las casas en que la imagen de mi Sagrado Corazón esté expuesta y sea honrada.
  10. Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones empedernidos.
  11. Las personas que propagan esta devoción tendrán escrito su nombre en mi Corazón y jamás será borrado de él.
  12. A todos los que comulguen nueve Primeros Viernes de mes seguidos, les prometo la gracia de la perseverancia final; no morirán en mi desgracia y mi Corazón será su refugio seguro en aquel último momento.

Nuestra Señora del Sagrado Corazón: El puente mariano

La devoción al Sagrado Corazón encuentra un eco profundo en la espiritualidad mariana a través de la advocación de Nuestra Señora del Sagrado Corazón . Esta advocación nació en 1854, cuando el Padre Jules Chevalier, fundador de los Misioneros del Sagrado Corazón, buscó un título que expresara la relación especial entre María y el Corazón de Jesús. María es vista como la “tesorera de las gracias del Corazón de Jesús” y la mejor guía para llegar a Él.

La imagen de Nuestra Señora del Sagrado Corazón muestra a María señalando el Corazón de su Hijo, invitando a los fieles a acudir a Él con confianza. María, como Madre y mediadora, nos conduce al Corazón de Jesús y nos enseña a reparar y amar como Él nos ama.

Cómo practicar la devoción de los Primeros Viernes

Para vivir esta devoción, se recomienda:

  • Confesión sacramental : Preferiblemente antes del Primer Viernes, para recibir la comunión en estado de gracia.
  • Comunión reparadora : Comulgar durante nueve Primeros Viernes consecutivos, con la intención de reparar las ofensas al Sagrado Corazón.
  • Oración y acto de reparación : Dedicar un tiempo a la oración ante el Santísimo o una imagen del Sagrado Corazón y rezar un acto de reparación.

Oración sugerida

“Dulcísimo Jesús, cuya caridad derramada sobre los hombres se paga tan ingratamente con olvido, negligencia y desprecio, mírame aquí postrado ante tu altar. Para reparar con especial homenaje, la frialdad indigna de los hombres, quiero consagrarme a tu Sagrado Corazón. Prometo firmemente, con la ayuda de tu gracia, emplearme con todo mi poder en extender el culto a tu amantísimo Corazón, y procuraré, en cuanto pueda, los honores que merece. Amén.”

La actualidad de una devoción antigua

En tiempos de individualismo y pérdida del sentido de lo sagrado, la devoción al Sagrado Corazón y la práctica de los Primeros Viernes son una poderosa contracorriente espiritual. Nos recuerdan que:

  • Dios tiene un corazón que ama personalmente a cada ser humano.
  • Nuestros pecados hieren realmente ese Corazón divino.
  • Podemos y debemos reparar por esas ofensas.
  • María es la guía segura hacia ese Corazón.

Un llamado a regresar

Como católicos del siglo XXI, estamos llamados a redescubrir estas prácticas, no como rutinas vacías, sino como caminos probados de santidad. La devoción de los Primeros Viernes responde a la sede de espiritualidad auténtica y de encuentro personal con Cristo. De la mano de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, entremos en la escuela del Corazón de Jesús, donde aprenderemos las lecciones más importantes: amor, misericordia, reparación y entrega.

El Primer Viernes de cada mes es una cita de amor a la que Cristo nos invita personalmente. No dejemos pasar esta oportunidad de gracia. Como nos María diría: “Hagan lo que Él les diga.”

¿Te animas a responder a la llamada del Sagrado Corazón y de su Madre? El cielo espera tu sí, un paso al día.

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[Publicado en unpasoaldia.com – Un espacio de reflexión cristiana para el caminante de hoy]

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