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El Pastor y las Ovejas: Una Alegoría Eterna para la Evangelización

“Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.” (Juan 10:11). 


La Profunda Simbología del Pastor en las Escrituras

Desde los antiguos valles de Belén hasta las colinas de Galilea, la imagen del pastor y su rebaño ha sido una constante en la tierra donde nació nuestra fe. Esta poderosa alegoría recorre tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, revelándonos con sorprendente precisión la naturaleza de nuestro vínculo con Dios y con aquellos que Él ha designado como guías espirituales en nuestra Iglesia.

En el Antiguo Testamento, Dios mismo se presenta como el pastor que busca, sana y reúne a sus ovejas dispersas, como lo describe bellamente el profeta Ezequiel: ” Yo mismo buscaré a mis ovejas y las cuidaré ” (Ezequiel 34:11). Esta imagen alcanza su plenitud en el Nuevo Testamento, cuando Jesús declara: ” Yo soy el buen pastor “, asumiendo y perfeccionando esta figura esencial de la tradición bíblica.

El Pastor: Un Ministerio de Amor y Servicio

El Pastor que Guía con Sabiduría

En las tierras áridas de Palestina, el pastor no camina detrás empujando a sus ovejas, sino delante de ellas, abriendo camino y conociendo los mejores pastos. ” Cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz ” (Juan 10:4).

El verdadero pastor es mucho más que un simple cuidador de animales; es una figura de autoridad y benevolencia, con la responsabilidad de guiar a su rebaño hacia lugares seguros, evitando los peligros del extravío. Esta función de guía y orientación es fundamental en la vida espiritual, donde tantos caminos pueden alejarnos de la verdad.

El Cayado: Instrumento de Protección y Corrección

Tu vara y tu cayado me infunden aliento ” (Salmo 23:4).

El cayado del pastor no es un símbolo de poder opresivo, sino una herramienta de servicio amoroso con múltiples funciones:

  • Protege a sus ovejas de los depredadores, como los lobos que buscan dispersar el rebaño.
  • Rescata a aquellas que han caído en barrancos o se han enredado entre espinos
  • Atrae suavemente a las que se alejan demasiado del grupo.
  • Defiende activamente al rebaño contra las amenazas externas

No es coincidencia que el báculo episcopal y papal mantenga esta forma. Representa la autoridad pastoral que no busca dominar sino servir, no busca imponer sino proteger y corregir con amor a quienes se extravían por caminos peligrosos.

La Unción: Protección Contra Enemigos Invisibles

Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando ” (Salmo 23:5).

Los pastores ungían a sus ovejas con aceite para protegerlas de infecciones y parásitos que podrían dañarlas. Esta práctica, aparentemente sencilla, tenía una importancia vital para la salud del rebaño. De manera similar, la Iglesia, a través de los sacramentos, nos unge para protegernos de los hombres espirituales que acechan nuestra alma, fortaleciendo nuestra fe y sanando nuestras heridas interiores.

Esta unción espiritual nos recuerda que el cuidado del pastor no se limita a las necesidades materiales, sino que abarca la totalidad de la persona, incluyendo aquellas áreas vulnerables que ni siquiera podemos percibir por nosotros mismos.

La Esquila: Liberación del Peso Innecesario

La esquila de las ovejas no se realizaba únicamente para el beneficio del pastor, sino también para aliviar a las ovejas del peso excesivo de la lana, especialmente en épocas de calor. Esta práctica nos invita a reflexionar sobre la necesidad de desprendernos de cargas innecesarias ya vivir con ligereza espiritual.

De manera similar, las enseñanzas morales de la Iglesia no buscan privarnos de libertad, sino liberarnos del peso del pecado y los apegos desordenados que nos impiden avanzar en el camino hacia Dios. Como decía San Agustín: ” Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti “.

Las Ovejas: Nuestra Condición Natural

Reconocedoras de una Sola Voz

Las ovejas poseen una capacidad asombrosa: reconocen únicamente la voz de su pastor, incluso entre muchas otras voces. ” Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen ” (Juan 10:27).

Esta capacidad de discernimiento es fundamental en la vida espiritual. En un mundo lleno de voces que prometen felicidad y plenitud por caminos engañosos, el creyente está llamado a afinar su oído interior para reconocer y seguir únicamente la voz de Cristo que resuena en las enseñanzas auténticas de la Iglesia.

La Limitada Visión: Dependencia y Confianza

Las ovejas tienen una visión periférica limitada, lo que las hace especialmente vulnerables y dependientes de la guía de su pastor. Esta característica nos recuerda nuestra propia condición humana: no podemos ver el futuro ni entender completamente los misterios divinos.

La baja visibilidad de las ovejas las obliga a depender casi exclusivamente de su oído para reconocer la voz de su pastor. Así, aunque otros intenten guiarlas, ellas solo siguen a quien conocen y en quien confían. Esta dependencia y sumisión nos invita a la humildad y confianza en Dios y en los pastores auténticos que Él ha puesto en la Iglesia.

Jesús, el Buen Pastor y la Misión de la Iglesia

Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas ” (Juan 10:11).

El ministerio pastoral de Jesús trasciende todos los modelos anteriores. Él no solo guía y protege, sino que entrega su vida para salvar a su rebaño. En esta entrega total encontramos el paradigma definitivo de todo auténtico liderazgo en la Iglesia.

Cuando Cristo resucitado le dice a Pedro por tres veces ” Apacienta mis ovejas ” (Juan 21:15-17), le confía la responsabilidad de ser pastor en su nombre, inaugurando así el ministerio pastoral en la Iglesia. Este mandato fundamental establece la base de la jerarquía eclesiástica, no como una estructura de poder, sino como un servicio de amor a imagen del Buen Pastor.

La Iglesia Católica ha tomado esta figura para entender la misión de sus pastores: obispos, sacerdotes y, de modo particular, el Papa, son llamados a imitar a Cristo en el cuidado, la guía y la defensa del pueblo de Dios. Como enseñó a San Agustín: ” Para vosotros soy obispo, con vosotros soy cristiano “.

Los Falsos Pastores y el Peligro de los Prados Engañosos

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia ” (Juan 10:10).

La Biblia también advierte sobre los falsos pastores, aquellos que buscan su propio interés y no el bien del rebaño. Estos “ladrones y salteadores” se caracterizan por:

  • Distorsionar las Escrituras para justificar comportamientos contrarios al Evangelio
  • Buscar su propio beneficio o gloria personal a costa del rebaño
  • Relativizar la verdad y diluir las exigencias del Evangelio bajo pretexto de adaptarse a los tiempos.
  • Ofrecer “prados falsos”, es decir, caminos engañosos que alejan de la verdad y ponen en peligro la salvación.

San Pablo ya advertía sobre este peligro: ” Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño ” (Hechos 20:29). Por eso, es fundamental discernir y confiar solo en quienes, como Jesús, muestran con su vida y servicio el amor verdadero por el rebaño.

La Jerarquía de la Iglesia: Pastores al Servicio del Gran Pastor

Los pastores de la Iglesia no son dueños del rebaño, sino administradores al servicio del único verdadero Pastor. El Papa, los obispos y los sacerdotes están llamados a reflejar la imagen del Buen Pastor que da la vida por sus ovejas.

La estructura jerárquica de la Iglesia no busca establecer un sistema de poder, sino asegurar que la voz del Buen Pastor siga resonando con claridad a través de los siglos. Esta continuidad en el ministerio pastoral garantiza que el pueblo de Dios pueda encontrar siempre guía, protección y alimento espiritual en su camino hacia la salvación.

Escuchar la Voz del Pastor en Nuestro Tiempo

En un mundo donde abundan las voces que prometen caminos más fáciles o doctrinas más “adaptadas” a los tiempos, necesitamos más que nunca discernir la auténtica voz del Pastor:

  • En la doctrina fielmente transmitida desde los apóstoles
  • En las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia
  • En la voz de pastores que, con humildad y firmeza, nos guían hacia pastos verdaderos.

La figura del pastor y las ovejas nos invita a valorar la importancia de tener guías auténticas en la vida de fe, a confiar en la voz de Cristo ya estar atentos ante los peligros de los falsos pastores. Así, la Iglesia, siguiendo el ejemplo del Buen Pastor, continúa su misión de buscar, sanar y reunir a todos en un solo rebaño, bajo la guía amorosa de Cristo y de los pastores que Él ha elegido.

Recordemos finalmente las palabras del salmista, que resumen bellamente esta relación de confianza y entrega entre el pastor y sus ovejas: ” El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. ” (Salmo 23:1-3).


“Un solo rebaño, un solo pastor” (Juan 10:16)


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https://unpasoaldia.wordpress.com/2022/02/08/los-milagros-eucaristicos-el-tesoro-del-beato-carlo-acutis/

[Publicado en unpasoaldia.com – Un espacio de reflexión cristiana para el caminante de hoy]

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